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Lo último que se supo lo revelaron medios chilenos: Ramón Jesurún, presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, se reunió con Reinaldo Rueda para hablar de la selección de Colombia, del futuro de un equipo que en 2020 terminó séptimo en las eliminatorias suramericanas rumbo a Catar, que perdió con Uruguay en Barranquilla (algo que nunca había pasado), y también con Ecuador por goleada en Quito (la peor en su historia reciente).
Después de Navidad hubo un acercamiento entre las partes, pero no se llegó a un acuerdo con el actual entrenador de la selección chilena. Rueda quiere un proyecto largo, la oportunidad de estructurar un plan que vaya más allá de 2022, y ese sería uno de los obstáculos.
Del otro lado está la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional) y su presidente, Pablo Milad, un dirigente que se ha mostrado muy calmo ante la situación, que ha dialogado con Rueda y Jesurún, y que no se cansa de repetir que lo que más desea es que el estratega esté donde más se sienta cómodo.
Sin embargo, esa afabilidad no quiere decir que en Chile no tengan afán de que todo se resuelva, de mirar qué camino tomar con un equipo que atraviesa una situación similar con Colombia. “El plazo que tiene Rueda es hasta el 31 de diciembre. Tenemos que marcar una hoja de ruta en caso de su partida y necesitamos saber eso lo antes posible”, dijo Milad hace unos días en entrevista con Directv Sports.
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Por ahora, y tras la última reunión virtual entre Rueda y Jesurún (el DT está de vacaciones) no hubo un sí en el tema económico y todo quedó quieto. Además, es bien sabido que en caso de querer tomar el mando del seleccionado colombiano, Rueda tendría que pagar US$1 millón de indemnización por terminar su contrato con Chile, dinero que debería salir de las arcas de la FCF, algo con lo que no están de acuerdo algunos miembros del Comité Ejecutivo del ente rector.
Y es algo razonable si se entiende la situación que está pasando la Federación, que en un par de meses tuvo que cancelar la multa impuesta por la Supersociedades por el escándalo de la reventa de boletas para los partidos de la eliminatoria rumbo a Rusia 2018 ($16 mil millones) y la indemnización a Carlos Queiroz por su salida (menos de los US$2 millones que debían cancelarse).
Otro factor que tiene bloqueado todo es que Rueda querría ganar lo mismo que cobraba Queiroz por año (US$3,5 millones), salario que para la Federación es muy alto teniendo en cuenta el presente financiero que se atraviesa. Las partes seguirán dialogando y en las próximas horas podría haber un acuerdo.
“Es normal que en este tipo de diálogos se presenten desacuerdos en cuanto a dinero, pero al final se llega a un punto medio, más si los dos lados quieren lo mismo”, le dijo una fuente a este medio. Recordemos que Rueda ya estuvo al mando de la selección colombiana entre 2004 y 2006, y que en esa oportunidad quedó fuera del Mundial de Alemania por un punto (Uruguay se quedó con el tiquete al repechaje con 25 unidades y la tricolor cerró la eliminatoria con 24).
Un DT muy cotizado
Si bien la prensa chilena ha sido reticente con Rueda desde que llegó al cargo, los jugadores de la selección han dicho en varias ocasiones que respaldan su trabajo. Incluso, Arturo Vidal, capitán del equipo, lo defendió de los ataques asegurando que su labor iba bien encaminada, que conocía al grupo y que entendía la dinámica de cada futbolista a pesar de los inconvenientes de lesiones y de ausencias que tuvo en 2020.
También que era el único que les estaba apostando a los juveniles, una muestra de que iba más allá de los resultados inmediatos y pensaba a futuro. Por eso es que hay un sector que espera que no se vaya y que siga con lo pactado. Claro, también entienden que Rueda quiere dirigir a Colombia y que ir a un Mundial siendo el DT del equipo de su país es uno de sus sueños.
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La hoja de vida del vallecaucano genera la empatía y los espaldarazos que ha tenido en los dos países: tercero en un Mundial Sub-20 (el certamen que se llevó a cabo en Emiratos Árabes Unidos en 2003), dos Copas del Mundo de mayores (Sudáfrica 2010 con Honduras y Brasil 2014 con Ecuador), un título de Copa Libertadores con Atlético Nacional (2016) y haber dirigido a Flamengo, uno de los clubes brasileños más importantes del continente y el que tiene la fanaticada más grande en territorio brasileño.
Rueda puede prometer un presente mejor que este tanto para Chile como para Colombia. Y por eso es que en ambos países reconocen sus hábitos, sus formas de trabajar y, lo más importante, su compromiso con las personas y con la calidad del juego mismo. He ahí el interés de ambas partes.