Alerta en el fútbol colombiano

Se viven tiempos de alerta roja en el Cúcuta Deportivo. Los malos resultados que lo colocan como máximo candidato al descenso, las quejas constantes de los jugadores por incumplimiento de salarios y un caos institucional, lo tienen al borde de la desaparición. Ayer, la Superintendencia de Sociedades admitió al club motilón en proceso de reorganización, que se espera que se agote en seis meses. En caso de que en ese lapso la empresa no sea saneada, será liquidada.

Sería la primera vez en la historia del fútbol colombiano y lo más grave es que en un mes y medio esta entidad mostrará los resultados financieros de los equipos que ya se convirtieron en sociedades anónimas y algunos de ellos, en dado caso, podrían someterse al mismo proceso, como América de Cali, uno de los que más impasses han enfrentado en la conversión.

Para este primer caso de reorganización, el abogado y excongresista César Negret será el promotor del proceso, el intermediario o facilitador entre ambas partes. “El club deberá refinanciar las deudas y buscarles solución a los pasivos, que al finalizar 2011 ascienden a $17.497 millones ($2.828 millones en pago de retenciones a favor de autoridades fiscales). En caso de que en los próximos meses no se pueda dar un acuerdo, entonces se procederá con la liquidación”, aseguró Luis Guillermo Vélez, superintendente de Sociedades.

Cúcuta Deportivo, que se convirtió a sociedad anónima en noviembre pasado en el marco de la Ley del Fútbol aprobada en mayo, tiene 50% de posibilidades de salvarse. A pesar de que el 81% de los pasivos son acreencias vencidas a más de 90 días y que su patrimonio actual sea de $3.260 millones, casi la mitad de lo reportado en diciembre de 2010.

“En la ley de insolvencia, en el tema reorganización, podríamos decir que una de cada dos empresas se logra salvar. Es una estadística muy buena y creemos que Cúcuta podría hacerlo. Acá lo importante es que los clubes tengan esta posibilidad tan efectiva”, explicó.

Según la ley, la institución motilona, en la que están vinculados 48 empleados, podrá seguir funcionando normalmente. De hecho, sus jugadores seguirán actuando en Liga, en la que este año sólo han ganado un partido, por lo que es antepenúltimo en la tabla del descenso. Pero en caso de que en un lapso de seis meses vuelva a incurrir en deudas con trabajadores, autoridades fiscales y otro tipo de proveedores, será liquidado.