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"América pagó años de mal manejo": Jorge da Silva

El uruguayo lamenta el descenso de los rojos, que hoy se estrenan en la B con el Real Santander, a las 8 de la noche (Directv-Supercable).

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Daniel Avellaneda, corresponsal, Buenos Aires
29 de enero de 2012 - 09:50 p. m.
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Fue un notable goleador Jorge Orosman da Silva. No sólo pueden certificarlo en su país, Uruguay, donde apenas jugó en Defensor Sporting. También aquí, en Argentina, y especialmente en Colombia. El Polilla supo vestir la camiseta de América de Cali, un club que hoy está caído en desgracia, pero que en la década del noventa seguía escribiendo una de las mejores páginas de su gloriosa historia. Entonces, Da Silva, de 50 años, fue campeón con los ‘Diablos Rojos’, en 1990 y 1992. También, Botín de Plata. Más tarde, jugó para Millonarios.

En Mar del Plata, a 400 kilómetros de Banfield, la ciudad que lleva el nombre de su equipo homónimo, el que contrató al uruguayo, El Polilla habla con El Espectador en un alto de la pretemporada. Y a pesar de que está contento con la posibilidad que le dio la dirigencia del ‘Taladro’, revela que en 2011 su corazón de hincha vivió dos momentos difíciles: los descensos de River Plate y América. “Lamentablemente, en este último año me tocó vivir el descenso de equipos muy grandes, afines a mis sentimientos. Era impensado que eso pudiera ocurrir. Acá no hay nadie que esté salvado. Y si las cosas no se hacen bien... América pagó años de mal manejo, tuvo problemas de toda índole, que terminaron con el descenso, que es un golpe duro para los hinchas, como lo fue para los de River. América es uno de los equipos con más títulos del fútbol colombiano y verlo en esta situación, salvando las distancias, como a River, es impensado”, dice Da Silva.

¿Sigue al América? ¿Tiene contacto con sus viejos compañeros?

Lo sigo permanentemente. Tengo gente amiga, me llaman para consultarme. A fin de año estuve hablando con Eduardo Lara, que es el nuevo técnico. Me preguntó por algunos jugadores. Tengo un cariño muy grande por América y Colombia. Uno vivió ahí, jugó, sufrió y disfrutó. Fueron casi seis años con la camiseta roja y eso se valora.

¿Volvería a dirigir en Colombia?

Hoy la prioridad es otra. La verdad, tuve ofertas de seis o siete clubes del fútbol colombiano. América estuvo entre ellos. Pero mi prioridad es Argentina. Siempre estuve cerca de mi casa y si no es una propuesta importante, me quedo acá. Fueron muchos años lejos de la familia y a uno le tira su país. Pero no me niego a nada. Es muy probable que algún día dirija en Colombia.

Fue Botín de Plata en tiempos en los que se hacían muchos más goles que ahora. ¿Cambió mucho el fútbol colombiano?

Cambió muchísimo. Tuve la suerte de estar allá en un tiempo en el que el fútbol colombiano era muy fuerte. Y era difícil ver salir algún jugador colombiano al exterior. En la década del noventa, cuando Colombia logró los mejores resultados a nivel selección, los Leonel, los Higuita, los Perea, los Escobar, los Asprilla, los Valderrama, toda esa generación tuvo notables jugadores y además llegaron futbolistas del exterior. Hoy, el jugador colombiano sale muy rápido, es difícil mantener figuras. Armar la selección de Colombia implica viajar al exterior, como le pasa a Argentina o Uruguay. Ha cambiado, sin duda, por el poder económico, que no es el mismo que tenía 20 años atrás. Eso está claro.

Por el contrario, a pesar de lo que dice, que hay jugadores que se van más rápido al exterior, la selección no se clasifica al Mundial desde Francia 98. ¿Por qué pasa eso?

Parte por eso que decía. Al no tener a todos los jugadores en el país, se hace difícil trabajar. En el proceso de Maturana, y después del Bolillo, había un trabajo, un conocimiento, los jugadores estaban a mano, pero hoy es más complicado todo. Porque el fútbol suramericano se emparejó. Ya se ve lo que son Venezuela, Perú... Antes, los cuatro no salían de Brasil, Argentina, Uruguay y Colombia, quizá había un quinto elemento. Ahora todo es más parejo. Con Leonel Álvarez le costó. Con la llegada de José Pékerman la gente va a ilusionarse nuevamente con la posibilidad de entrar a un mundial. Lo bueno del fútbol colombiano es que salen jugadores permanentemente. Entonces, yo creo que es uno de los candidatos a clasificarse al Mundial de Brasil 2014.

Justamente Pékerman es un extranjero, como usted acá, en Argentina. ¿Cómo lo ve? ¿Cree que va a poder refundar el fútbol colombiano?

Creo que tiene todas las posibilidades de hacerlo. Tiene buenos jugadores, es un técnico muy capaz, ha dirigido en mundiales. El asunto es que Colombia no es fácil para trabajar. No sólo para los extranjeros. Hay una prensa exigente, los colombianos piden resultados permanentemente. No sé si podrán aguantar y respaldar a Pékerman los dirigentes con la ansiedad de resultados que hay. Esperemos que la afición colombiana lo aguante, que entre con buen pie, porque la prensa es dura. Si encuentra piedras en el camino, va a ser complicado. Si le encuentra la mano al trabajo, va a ser protagonista como hace 15 años.

Usted fue un gran goleador, Colombia tiene algunos muy interesantes. Radamel Falcao García y Teófilo Gutiérrez, por ejemplo.

Tiene a Rodallega, además. Surgen jugadores constantemente. Están Falcao, Yepes, Perea, los de más experiencia. Pero después hay una generación de chicos con buenas condiciones y en la medida en que maduren, se compenetren y sean bien acompañados, van a hacer a Colombia un gran protagonista. Y en ofensiva tiene categoría, claro, con sus delanteros de primer nivel.

Si tuviera que elegir: ¿Teófilo o Falcao?

‘Teo’. Es un jugador completo, inteligente, muy vivo. No sólo por su calidad para manejar la pelota y definir. Juega sobre el rival, sobre los árbitros, tiene picardía. Falcao es un gran goleador, pero Teófilo es más completo.

Sabe usted que los colombianos, como la mayoría de los suramericanos, se hicieron admiradores del fútbol uruguayo por lo que hizo en el Mundial y la Copa América. ¿Cómo viven ustedes este cambio de hábitos?

Nos sentimos orgullosos todos los uruguayos del momento que está viviendo el fútbol de nuestro país, no sólo a nivel mayor. También por las juveniles. Nos clasificamos a los Juegos Olímpicos después de mucho tiempo, jugamos todos los mundiales juveniles, Peñarol fue vicecampeón de América. El momento del fútbol uruguayo es extraordinario y lo disfrutamos. Es producto de un trabajo serio y el apoyo de los dirigentes al proyecto del ‘Maestro’ Óscar Tabárez. Cuando se apuesta en grande y se respalda, los resultados van llegando. Las últimas generaciones no vieron al Uruguay de otros tiempos. Ojalá podamos mantenerlo.

Hace un mes dijo en su país que sólo se reconoce a aquellos que dirigen un equipo grande. ¿Por qué le quedó pendiente sentarse en el banco de Peñarol y Nacional?

Considero que en Uruguay el fútbol está identificado con Peñarol y Nacional. Y yo sólo jugué en mi país en Defensor Sporting. Después, hice toda mi carrera en el exterior. Por eso no tengo el reconocimiento como otros que sí jugaron en los dos grandes. Mi carrera fue muy buena, logré cosas, pero no me dio crédito en mi país. Como entrenador, sucede lo mismo. Cuando me vinieron a buscar, estaba trabajando. Es un orgullo que los dos hayan pensado en mí. Y acá en Argentina no es tan parecido, pero dirigir un grande te jerarquiza.

Usted es un técnico de varios años de experiencia. ¿Le falta ese salto?

Uno siempre está ilusionado. Sabemos que dirigir un grande es una presión extra. Hay mucho en juego. Creo estar capacitado para dirigir un equipo grande. Los tiempos no han ayudado, no hemos coincidido. Para que alguien se anime a contratar un técnico no identificado con el club y extranjero, hay que tener valentía. Sé que acá, en Argentina, todavía tengo que pagar derecho de piso. Por eso le estoy agradecido a Godoy Cruz, que me abrió las puertas. Ahora, me debo a Banfield. Y voy a hacer todo lo posible para que salga de esta situación complicada.

Por Daniel Avellaneda, corresponsal, Buenos Aires

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