Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Sí, amigo lector, gracias a la cabeza puesta en el asunto y a los dos primeros cabezazos, el de Mina en la inicial y después en el comienzo de la complementaria el de Matheus, Colombia fue construyendo un valioso triunfo en Lima, que adornó Luis Díaz para el tres a cero definitivo.
En eso de los goles, el fútbol ofrece constantes curiosidades. Todos esperábamos los goles de la pareja de ataque del Atalanta italiano y en cambio fueron los del Porto quienes dieron su aporte para mejorar en la tabla de posiciones, en la que la pugna por el tercero y cuarto puesto es la vía para llegar a Catar 2022, porque es un hecho que Brasil, Argentina y Ecuador lucen las mejores calificaciones y nosotros nos adherimos al lote de Paraguay y Uruguay para seguir ilusionados.
Varios detalles para destacar en el juego ante Perú. Por momentos el seleccionado tuvo espíritu de equipo solidario. En el primer cuarto de hora, empujado por Duván, plantó cara al local. Después en un cobro de Cuadrado, Duván forzó un cabezazo que enseguida capitalizó Mina para el gol, que premiaba en ese pasaje a un grupo que hizo circular el balón con limpieza. Para nada se extrañó el volante de enganche, porque Matheus y Cuéllar, de alto rendimiento, solucionaron el asunto.
El grupo de la inicial se mostró compacto, equilibrado, seguro atrás y con los cinco sentidos puestos en el trabajo para ganar los puntos. Claro que la expulsión de Trauco resultó una ventaja y fue bien aprovechada por la selección. Perú nunca realmente inquietó a Ospina ni creó opciones de gol. Tal vez un remate a distancia de Lapadula, cuando ya la suerte estaba echada.
La seriedad del técnico Reinaldo Rueda contrastó con la alegría, la unión de los jugadores, que de paso mejoraron en aquello del gol diferencia, que bien podría pesar al final.
El ingreso de Borja, Borré, Yairo y Barrios no digo que desdibujó el estilo del primer tiempo, pero ante la expulsión justa e increíble de Muñoz (estuvo un poquito más de un minuto), obligó a retrasar a Juan Guillermo Cuadrado, que por momentos propuso la pausa en el ritmo de la selección.
Esta prueba para el grupo significó volver a jugar bien y confiar en la próxima salida ante Argentina, porque quedó demostrado que sí tenemos jugadores con condiciones técnicas y de competitividad. De paso, alejamos aquellos pasajes tristes en los días de Queiroz. Por eso anoto que se puso cabeza, se pensó y ante todo se vieron unidos, solidarios, ante un rival que quedó en el último puesto y resultó incapaz de entender el planteamiento de la selección colombiana, lo que podría generar la salida de Gareca, para no traicionar la costumbre suramericana.
Había que ganar, intentar jugar bien y hacer goles. Los tres objetivos se cumplieron esta vez.
