Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La mayor sorpresa es que, con excepción de a los neozelandeses, los equipos europeos no han goleado como se anticipaba. Al escribir estas líneas, sin embargo, apenas el Fluminense aguanta el potencial europeo. Aunque deseamos el triunfo brasileño, a la larga el título irá para el Real Madrid.
Las fechas, por supuesto, juegan en contra de los europeos. El mundial se organizó en período que es, casi al mismo tiempo, el final de la temporada 2024-25 y el inicio de la 2025-26. Es decir, están agotados y, aunque algo descansaron, no están a tope futbolístico. El diferencial de potencial no se pudo explotar al máximo, dando lugar a unos partidos más igualados de los anticipados, y, por tanto, mayores emociones de aquellos que predijeron una barrida europea.
A la larga, sin embargo, como en los mundiales de selecciones, las sorpresas se concentran en la fase inicial. Al mundial llegaron 12 equipos europeos. Ganaron seis de los ocho grupos y apenas tres quedaron eliminados: el austriaco RB Salzburgo —un equipo menor en el concierto del viejo continente—, el Porto y el Atlético de Madrid.
Pero más allá de predicciones, sorpresas y resultados, la primera fase tuvo el llamativo canto de los hinchas argentinos, River Plate y sobre todo los de Boca Juniors. Particularmente atractivo fue el partido entre Bayern Múnich y Boca Juniors, más que por el fútbol, por los más de 60.000 hinchas, la mayoría de Boca, que llenaron el estadio de colores y cantos a favor del equipo xeneize.
Cantos aparte, tanto River como Boca fueron eliminados sin mayor suspenso. Boca no pudo ni ganarle al Auckland City, que terminó con 17 goles en contra. River fue superado por el equipo mexicano del Monterrey. Futbolísticamente hablando, la presentación de los argentinos raya en lo vergonzoso.
Pero en Argentina celebran. Quizá sea porque vive una época de vacas flacas en cuanto a clubes, pero no deja de ser triste que el único consuelo son los cantos de los hinchas. Los elogios, los cantos, los gritos, la presión y el tal aguante de la hinchada argentina terminaron por ocultar el fracaso futbolístico de ambos cuadros. Esa es la tristeza que vive Argentina, y que de allá importamos a Colombia. Es bello ver un estadio lleno, pero más bonito será siempre tener un equipo competitivo.
Se vanaglorian en Argentina, como fueron “locales”, de que Kane “nunca” había visto algo semejante, de la presión, del entusiasmo. Nadie, eso sí, elogió el fútbol de Boca o River. Hace años no hay nada que celebrar. La afición grita más, pero la gloria con el balón es europea y parcialmente brasileña. ¿Qué prefiere el verdadero hincha?
🚴🏻⚽🏀 ¿Lo último en deportes?: Todo lo que debe saber del deporte mundial está en El Espectador
