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Es terrorismo urbano


La rivalidad entre el Unión Magdalena y Millonarios es esencialmente nula. Ayer, hoy y mañana, para uno es enfrentar al histórico equipo de la capital; para el otro, es jugar ante un equipo del Caribe que no es el Junior. Eso no fue obstáculo para que unos terroristas urbanos atacaran a un grupo de civiles desarmados que iban a trabajar y a brindar un espectáculo que la gran mayoría disfrutamos en paz. Esto debe acabarse.


Jorge Tovar
27 de enero de 2025 - 01:00 a. m.
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Apedrear el bus de Millonarios debe tener consecuencias para sentar un precedente que deje claro a todos los equipos y sus hinchadas que la violencia es inaceptable. El Unión Magdalena se lavó las manos. En dos de las cuatro frases del comunicado emitido insiste en que “el incidente con el jugador de Millonarios” no fue en el estadio. Ese jugador tiene nombre, tiene familia, y no tiene por qué terminar en el hospital por ir a jugar un partido de fútbol.


El caso más famoso, por supuesto, es lo ocurrido durante la final de Libertadores 2028 entre River y Boca, cuando terminó pagando un tal Matías Firpo, condenado a algo más de dos años en prisión, pero quien en la práctica apenas tuvo que cumplir 180 días de trabajo comunitario. Eso sí, no pudo volver a entrar al Monumental de Núñez. En América Latina somos laxos, la ley no nos protege como debe. En Europa la cosa es a otro precio.

En 2017, en cuartos de final de la Champions League, el bus del Borussia Dortmund fue atacado con explosivos. Marc Bartra, central del equipo alemán, resultó lesionado. El atacante fue arrestado, acusado de 28 intentos de asesinato, y condenado a 18 años de prisión. En 2021, los hinchas del Lyon atacaron el bus del Marsella, con el resultado de un futbolista herido y un hincha sentenciado a 18 meses de prisión. Al Lyon le restaron un punto de la clasificación, lo obligaron a jugar dos partidos sin público, una multa de 50.000 euros y el partido se terminó jugando en una cancha neutral.


Atacar a gente indefensa con el ánimo exclusivo de hacer daño es terrorismo. El Unión Magdalena, la mayoría de sus hinchas y sus dirigentes seguramente nada tienen que ver con los criminales que atacaron el bus. Pero sin sanciones que duelan a la institución, no entenderemos que el terrorismo es condenable en todas sus formas.

El partido no debe jugarse en Santa Marta, el estadio debe ser sancionado con partidos sin público. Más importante, hay que individualizar a los criminales. Buscarlos, saber sus nombres y apellidos, para que nunca vuelvan a entrar al fútbol, y cumplan la correspondiente sanción penal.

¿No pueden identificarlos? A partir de ahora todo club debe acompañar el bus del equipo visitante con un dron grabando la ruta. Una idea que los puede exonerar de sanciones futuras. El club local debe ser obligado a reportar a los criminales para evitar sanciones.

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Luis(mn71n)Hace 8 horas
Estoy de acuerdo con el columnista por que esa clase de hinchas deben ser sacados de los estadios de futbol, son un verdadero peligro para jugadores y fanaticos que pagan para disfrutar en un estadio.
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