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Hace un par de años se vendió como pan caliente un excelente libro de Mauricio Silva, titulado El mejor equipo del mundo. Hacía referencia a aquel Millos que lideró Pedernera, y que de la mano de Cozzi, Di Stéfano y Rossi se paseó por los campos del mundo jugando un fútbol de primer nivel. Fueron ellos quienes sembraron la semilla de lo que sería conocido como el equipo embajador.
Sin ser el mejor del mundo, hasta 1989, Millonarios se mantuvo como el equipo embajador. Tetracampeonato en los años 60, par de participaciones en la ronda semifinal de los años 70 y aquel partido donde el árbitro Hernán Silva eliminó a Millonarios en los cuartos de final de la Copa Libertadores de 1989.
Para entender de dónde venimos, entre 1948 y 1988, Millonarios fue campeón o subcampeón en 20 ocasiones. El equipo fue uno de los dos mejores equipos en el 50 % de las temporadas. En esa honrosa e histórica clasificación, el segundo equipo sería el Cali, con 15, pero apenas cinco títulos. Millonarios era el más grande, el embajador, el equipo a batir.
Hace unos días vi en mis redes sociales una clasificación de los clubes más grandes de Suramérica. Me llamó la atención que Millonarios estaba en la lista de “no lo conozco”. Por debajo del Santa Fe. Y tienen razón.
Entre 1990 y 2011, en esa clasificación de campeones y subcampeones, Millonarios ocupa el puesto diez. Está por debajo del Pasto y Equidad, empatados con el Atlético Huila que, como Millonarios, fue subcampeón en dos ocasiones. Fueron años oscuros los del azul. Casi desaparece. Santa Fe, valga anotar, ocupa la última posición empatado con Bucaramanga y Real Cartagena.
Desde entonces, sin embargo, Millonarios entró en un proceso nuevo que debía recuperar la gloria y el orgullo de su hinchada. Millos está hoy lejos de lo que llegó a ser hasta finales de los 80. Entre 2012 y 2025, con sus tres títulos y un subcampeonato, está por debajo de Nacional, Santa Fe, Medellín, Junior y Tolima. Por número de títulos, Millos sería tercero, detrás de Nacional y Santa Fe.
Con una diferencia. La última vez que Millonarios jugó una instancia relativamente importante en Copa Libertadores fue en 1995, hace 30 años. Llegó a cuartos de final. Dos años después superó la ronda de grupos. Desde entonces nunca superó la fase de grupos. Sin contar las tres veces que fue eliminado en la ronda previa.
El antiguo embajador vio en ese tiempo a Caldas y Nacional coronarse campeón de América, Santa Fe campeón de la Copa Sudamericana; América, Santa Fe y Cúcuta disputar semifinales de Copa Libertadores, y si quieren no sumemos el subcampeonato del Cali en la Libertadores de 1999.
A Millonarios le queda su hinchada, y la gloria del pasado. Pero futbolísticamente ya no es el primer equipo de Colombia. Ni siquiera de la capital. El primer paso para volver es reconocer que ya no se está.
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