La Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS por su sigla en inglés) publicó su polémico escalafón anual de las mejores ligas del mundo. El método es cuantitativo. El poderío económico de cada liga no tiene nada que ver. Se toman en cuenta las participaciones internacionales de los clubes de cada país y el promedio de puntos obtenidos por los cinco líderes de cada torneo local.
Nuestra liga bajó del quinto puesto al catorce. Evidentemente, las pobres participaciones en Libertadores y Suramericana de los últimos años han tenido que ver. De Suramérica nos superan Brasil, que baja del segundo al tercer lugar; Paraguay, que asciende del once al ocho; Argentina, que se mantiene en el puesto nueve, y Ecuador, que sube del catorce al diez. Es evidente que vamos mal.
Pero llaman la atención varios detalles de esta lista. México ocupa el puesto 29 y Estados Unidos el 62. Son ligas más poderosas, estructuradas y opulentas que las de Suramérica, pero no tienen competitividad internacional. Hacer parte de Concacaf los diluye. Sin duda sería beneficioso para todas las partes su reingreso a la Libertadores y la Sudamericana.
En la parte alta se sigue resaltando el descenso de España, esta vez del tercero al cuarto lugar. LaLiga sigue siendo cuestión de dos o tres clubes y su reinado en Champions terminó. Sevilla sacó la cara en la Europa League, pero es evidente el rezago que está sufriendo una liga que reparte los ingresos de forma muy desigual (la mayoría de lo recaudado es para el Madrid y el Barcelona) y se está quedando sin tener manera de competir frente a los clubes-estado como Manchester City o PSG.
Inglaterra perdió el número uno porque la Premier fue cosa de uno solo la temporada anterior. La superioridad del Liverpool dañó el promedio de los cinco primeros; además, los resultados en Europa no fueron buenos.
La grata sorpresa la dio Italia, que volvió al primer lugar después de catorce años. Empujado por una serie A que aunque fue ganada por la Juventus ya vio el renacer del Inter, Milan, Lazio y la gran revelación, Atalanta. Lo interesante del caso es que Italia mordió el polvo hace poco más de una década.
Alemania, quizás el modelo de negocio más rentable del mundo en cuanto a ligas, subió al quinto lugar. Volvió a ganar el Bayern de Múnich y la Champions cayó en sus manos. Pero en el ámbito doméstico cada día hay más equipos como el Leipzig, el Monchengladbach o el propio Dortmund, que se acercan para amenazar su imperio.
Con la participación activa del gobierno limpiaron la casa de evasores fiscales, líos de apuestas y mafias. Se dieron el lapo de descender a la Juventus, sancionar duramente al Inter y llevarlos a cambiar de rumbo. Después abrieron posibilidades fiscales para que grandes jugadores volvieran a mirar a Italia. Sería bueno que por acá tomaran nota.
La Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol (IFFHS por su sigla en inglés) publicó su polémico escalafón anual de las mejores ligas del mundo. El método es cuantitativo. El poderío económico de cada liga no tiene nada que ver. Se toman en cuenta las participaciones internacionales de los clubes de cada país y el promedio de puntos obtenidos por los cinco líderes de cada torneo local.
Nuestra liga bajó del quinto puesto al catorce. Evidentemente, las pobres participaciones en Libertadores y Suramericana de los últimos años han tenido que ver. De Suramérica nos superan Brasil, que baja del segundo al tercer lugar; Paraguay, que asciende del once al ocho; Argentina, que se mantiene en el puesto nueve, y Ecuador, que sube del catorce al diez. Es evidente que vamos mal.
Pero llaman la atención varios detalles de esta lista. México ocupa el puesto 29 y Estados Unidos el 62. Son ligas más poderosas, estructuradas y opulentas que las de Suramérica, pero no tienen competitividad internacional. Hacer parte de Concacaf los diluye. Sin duda sería beneficioso para todas las partes su reingreso a la Libertadores y la Sudamericana.
En la parte alta se sigue resaltando el descenso de España, esta vez del tercero al cuarto lugar. LaLiga sigue siendo cuestión de dos o tres clubes y su reinado en Champions terminó. Sevilla sacó la cara en la Europa League, pero es evidente el rezago que está sufriendo una liga que reparte los ingresos de forma muy desigual (la mayoría de lo recaudado es para el Madrid y el Barcelona) y se está quedando sin tener manera de competir frente a los clubes-estado como Manchester City o PSG.
Inglaterra perdió el número uno porque la Premier fue cosa de uno solo la temporada anterior. La superioridad del Liverpool dañó el promedio de los cinco primeros; además, los resultados en Europa no fueron buenos.
La grata sorpresa la dio Italia, que volvió al primer lugar después de catorce años. Empujado por una serie A que aunque fue ganada por la Juventus ya vio el renacer del Inter, Milan, Lazio y la gran revelación, Atalanta. Lo interesante del caso es que Italia mordió el polvo hace poco más de una década.
Alemania, quizás el modelo de negocio más rentable del mundo en cuanto a ligas, subió al quinto lugar. Volvió a ganar el Bayern de Múnich y la Champions cayó en sus manos. Pero en el ámbito doméstico cada día hay más equipos como el Leipzig, el Monchengladbach o el propio Dortmund, que se acercan para amenazar su imperio.
Con la participación activa del gobierno limpiaron la casa de evasores fiscales, líos de apuestas y mafias. Se dieron el lapo de descender a la Juventus, sancionar duramente al Inter y llevarlos a cambiar de rumbo. Después abrieron posibilidades fiscales para que grandes jugadores volvieran a mirar a Italia. Sería bueno que por acá tomaran nota.