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Así como las modas vuelven en el fútbol, varios detalles resultan cíclicos. Siempre ocurrió con equipos y futbolistas, que disfrutaron de momentos de gloria y cayeron en las etapas siguientes a esperar el cambio de generación y actores para regresar a los triunfos y acaparar aplausos.
Por estos días, equipos de allá y acá se bambolean entre el éxito y la decepción. Barcelona, de España, cuantifica las pérdidas que sufrirán si el equipo no avanza en la Champions. Tenía presupuestado ingresos próximos a los veinte millones de euros, meta difícil de cumplir porque en su grupo, según el calendario, Bayern e Inter de Milán llevan las de avanzar a la ronda siguiente. Si es eliminado caerá en la Europa League, torneo en el que apenas recibiría, si acaso, nueve millones para sus arcas. Sobrarían ejemplos en nuestro medio de algunos equipos que carecen de continuidad en sus ejecutorias; Santa Fe, Unión Magdalena, Deportivo Cali y América han quedado en promesas, así falten fechas para la sentencia definitiva.
Es habitual, en todas partes, que los equipos campeones a la siguiente temporada se destiñan; se aburguesan, que llaman. O mejor, se conforman con lo ganado y extirpan los afanes de éxito y reconocimiento. No puede ser ajeno a este asunto Millonarios, que viene sosteniéndose en la parte alta de la tabla de posiciones y ha dejado de lado contundencia y triunfos. Menos mal, tuvo pasajes de cosecha fabulosa de puntos.
Tampoco hay que dejar de considerar el caso de grandes jugadores que aflojan en su rendimiento. Por ejemplo, Karim Benzema, que lleva cinco partidos sin anotar goles, su carta de presentación en Real Madrid u otro equipo. ¿Por qué? Hay varias respuestas: porque es humano, se cansa, la sobrecarga de juegos aminora su rendimiento y el arco se cierra para él. Sin embargo, y siempre ocurre, esa racha, propia de goleadores, desaparecerá y regresará. La sal, como la identifican, se irá. Será cuestión de paciencia y perseverancia.
Otro caso llamativo es de Juventus, que luce desvencijado, sin motivación y clama por una sacudida de plantel y cuerpo técnico, que ya la anunció Agnelli, el dueño, para diciembre.
Hay casos de equipos que no lucen y ganan. Eso se palpa en la campaña de Boca Juniors, que hilvanó hasta hoy quince juegos sin perder,. Aunque no luce por estética ni por contundencia de juego, va camino a ser campeón. Que los jugadores en los vestuarios desnuden el alma, el cuerpo y pregonen frustraciones, manifiesten celos profesionales y hagan los reclamos de siempre. En todos los puntos señalados solo hay una respuesta: así fue siempre. No es sorpresa lo que ocurre hoy… siempre fue igual en todas las épocas.
