Cuando Lewis Hamilton está en pista, todo el mundo espera algo especial. Es el piloto más agresivo de la grilla, el que da más espectáculo. Pero tanto riesgo conlleva también errores de peso. Así perdió el título en 2007. Ahora, con 25 años, Hamilton ha madurado. En 2008 fue campeón del mundo y es mucho mejor piloto. Él nunca renuncia a su personalidad: “Yo soy así”.
Es el piloto más agresivo. ¿Perderá esta cualidad?
No lo creo. Es mi personalidad. Así soy yo. Es mi vida. Y creo que esta agresividad es mi principal fuerza. No siempre puedes arriesgar tanto, pero si ves la oportunidad, te metes. A veces sale bien y otras mal.
¿Es una virtud o un defecto?
Para mí es talento. Es algo que he sido capaz de hacer desde pequeño. Cuando empecé a correr en karts competía en una pista cadete a 45 millas por hora. Había coches más potentes. Conducía en la recta y un kart me pasó como una flecha. Le sentí ahí y casi me da un ataque al corazón. Mi primera reacción fue ir por él, tratar de adelantarle. Pero era imposible. Sólo podía alcanzar a los cadetes. Definitivamente, ser tan competitivo es una cualidad que he tenido toda mi vida.
Martin Whitmarsh, director de McLaren, dijo tras su accidente en Monza que usted era así, con virtudes y defectos.
Es cierto. Yo no voy a cambiar. En mi vida siempre recibí mucha protección de mi padre. Y la necesité porque, como todo el mundo, también fallo. Sin embargo, la cuestión no es tu error sino cómo eres capaz de salir de él.
Fue campeón en 2008, pero nada le salió bien el año pasado. ¿Qué lección aprendió?
Veo 2009 como un año importante. Es cierto que el carro no era el mejor. Fue difícil. Pero tuve que aprender a aceptar la derrota La escudería hacía lo que podía, pero las mejoras no llegaban. Todos formábamos parte del proyecto, de la lucha por encontrar soluciones. Aprendí de mí mismo, de cómo puedo desprenderme de las malas sensaciones, de cómo ser un miembro activo del equipo. Creo que logré poner los fundamentos de una nueva estructura mental.
¿Por qué prescindió de su padre como representante?
He crecido, sé donde quiero ir y llega un momento en el que debes volar solo. Tenía que hacerlo. Confío en mí mismo y en mis sensaciones y estaba a punto para tomar esta decisión. No me arrepiento de nada. Mi padre tiene más tiempo para él, para su compañera y para los pilotos a los que representa. Hizo lo más importante para mí: llevarme a la F-1.
¿Qué piensa de sus rivales en este final de campeonato?
Es magnífico formar parte de esta batalla. Me encanta ser rival de pilotos que te exigen mucho. Webber conduce muy bien, pero comete errores como todo el mundo, como yo mismo. Fernando Alonso conduce excepcionalmente bien; Button, también. Vettel es muy bueno. Y todos somos apasionados, todos queremos ganar. Pero es imposible caminar siempre sobre la cuerda y no caerse alguna vez. Nuestro objetivo es estar bien preparados para no cometer errores, y el del equipo, tener el mejor auto.
La experiencia que acumuló en 2007, cuando casi ganó el título, y en 2008, cuando lo consiguió, ¿va a ayudarle ahora?
Tal vez. Me siento una persona fuerte y eso es una consecuencia de todo lo que he vivido. Pero los demás también han tenido experiencias similares. Por tanto, eso no va a ser determinante.
¿Cree que Alonso se ha vuelto un piloto más cerebral, menos explosivo que en 2007, cuando coincidieron en McLaren?
Conozco bien a mi compañero, pero a los demás les veo en la distancia. Para mí es el mismo piloto increíblemente rápido de siempre. No creo que desde que fuera doble campeón mundial haya perdido ninguna de sus cualidades.