Un Dakar muy colombiano

Seis pilotos criollos participarán desde este sábado en la carrera más peligrosa del deporte a motor. Serán más de 9.000 kilómetros de competencia entre Perú y Argentina.

Thomas Blanco Lineros - @thomblalin
06 de enero de 2018 - 02:00 a. m.
Christian Cajicá participará en su cuarto Rally Dakar / Cortesía
Christian Cajicá participará en su cuarto Rally Dakar / Cortesía

Se asoma el helicóptero, aumenta la tentación de presionar el botón rojo de ayuda. Es una carrera hecha para destruirte. El calor es infernal, el estómago está de huelga, cansado de ser engañado por esas frívolas barras de cereal. Extraviados en la mitad de la nada. Ya son varios días sin dormir. Y de coquetear con la muerte. Vehículos incendiados, pilotos que no volverán a ver a sus hijos. Es un calvario.

Pero no van a mandar por la borda todo el trabajo que han hecho para llegar hasta allí. Vuelve y juega: recuerdan el porqué fueron. Ese es el analgésico, el que les permite seguir su camino. Al carajo los demás pilotos. El único rival que tienen son ellos mismos.

¿Por qué vuelven? Por la magia. Ni idea cuál. Sólo saben que está ahí. Se dejan absorber por los paisajes intransitados y por esa sensación de vivir al límite, un poema. Es una droga, pero de las buenas.

A ese panorama volverá Christian Cajicá –piloto de cuatrimotos del equipo colombiano que lleva su mismo nombre y que es patrocinado por Total Lubricantes–, a su cuarto Rally Dakar, que celebra su aniversario 40 y que se disputará por décimo año consecutivo en Suramérica.

El bogotano será uno de los seis colombianos inscritos en la competencia más peligrosa del deporte a motor.

Saldrán 337 vehículos, entre ellos 140 motos, 105 coches, 50 cuatrimotos, 42 camiones y 14 vehículos utilitarios todoterreno (UTV). La carrera comenzará hoy en Lima (Perú) y cerrará el 20 del mismo mes en Córdoba (Argentina). Quince días de 9.850 kilómetros de odisea divididos en cinco jornadas de dunas en Perú, otras cinco a más de 3.000 metros de altitud en Bolivia y cinco más en el extenuante calor de Argentina y su complicada orografía.

En motos, Santiago Bernal (KTM) y Jhon Trejos (KTM) serán las cartas de Colombia. Lo propio hará Nicolás Robledo, aparte de Cajicá, en Quads. En coches estará la dupla conformada por Mauricio Salazar Velásquez (piloto) y Mauricio Salazar Sierra (copiloto). Y no, no son familia. Aunque se tratan como hermanos, las ecuaciones de la vida hicieron que este par de compañeros llevaran el mismo nombre. “Cuando llaman a alguno, ambos nos volteamos (risas). La gente jura que somos padre e hijo. Yo le digo papá y él me dice nené”, cuenta Salazar Velásquez, quien junto a su tocayo, estarán montados en una Toyota en el equipo MS2 Colombia, recorriendo kilómetros bajo una noble causa: los niños con cáncer.

Fundación Alejandra Vélez Mejía

La vida golpeó a Salazar Sierra con dos episodios que lo marcaron para siempre. En 2005 tuvo cáncer de testículo. Y en 2010, cuando la enfermedad parecía asunto expirado, sufrió un sarcoma que se alojó entre la aorta y la columna. Caer es permitido, levantarse fue obligado. Su inquebrantable espíritu de lucha hizo que saliera adelante. Y desde ese momento se propuso como meta de vida ayudarles a los niños a cargar esa abrumadora cruz que él ha tenido que llevar.

El año pasado, tras correr juntos su primer Rally, lograron comprar un lote en Manizales. Ahora, la meta acondicionar la sede y ponerla a funcionar. “Mauricio, tiene una gratitud especial por la vida. Y cada vez que puede compartir algo o donarlo para los demás, lo hace. Sin titubeos, sin buscar reconocimiento o esperar algo a cambio”, cuenta Salazar Velásquez.

Un rally de 365 días

“A mí me preguntan cuál es la parte más complicada del Dakar. Y yo les digo que la lucha de todo el año para poder pagar la inscripción y correrlo.

Es hacer rifas y eventos, hasta paseos. Hay que tocar muchas puertas. La mayoría se te cierran en la cara, porque no es fácil. No hay cultura automovilística en Colombia. Y si el apoyo hacia el deporte es poco, ni hablemos para nosotros. Para este año necesitaba recaudar 400 millones de pesos. Coldeportes aportó 20. No es lo ideal, pero hay que ser realistas. Es lo que hay”, cuenta Cajicá, quien recuerda el carro y el taller que tuvo que vender y el préstamo que le pidió al banco en 2014 para correr su primer Dakar, en 2015.

“Llevo tres años yendo y es la primera vez que recibo apoyo del Estado. Así sea poco. Lo que toca es conseguir respaldo de las empresas privadas”, dice Salazar Velásquez. “Coldeportes me apoyó con el 10 % del presupuesto. Me tocó hacer una campaña de crowfunding en internet y todo. Nunca un colombiano va a poder ganar un Dakar. Para que eso pase debe recibir apoyo desde el comienzo, convertirlo en una meta de toda una vida”, señala Santiago Bernal.

Juan Esteban Chilo Sarmiento, quien venía corriendo la competencia sin falta desde 2013, será la principal baja del país, por una fractura que sufrió en la muñeca derecha en la etapa 11 del Dakar pasado. Sin embargo, no lo verá por televisión. Esta vez lo vivirá como reportero.

Mateo Moreno, el primer colombiano en finalizar un Dakar (2013), será la voz de mando del Chevrolet Dakar Team. En 2015 tuvo que abandonar el certamen luego de un delicado accidente que casi le quita la vida. Su hijo le pidió que no volviera a correrlo. Pero regresó para la edición de 2017. “Tenemos que estar muy locos, a lo bien. A uno le preguntan por qué vuelve y no sé. Es mágico”, dice el ahora director deportivo.

Por Thomas Blanco Lineros - @thomblalin

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