Con el brazo y con el bate, Julio Teherán fue clave en la victoria de Bravos

El lanzador colombiano logró su séptima victoria de la temporada. Fue importante en la blanqueada que le propinó su equipo a los Nacionales de Washington.

Jesús Miguel De La Hoz
09 de julio de 2017 - 02:45 a. m.
Julio Teherán logró su séptima victoria en la temporada con los Bravos. / AFP
Julio Teherán logró su séptima victoria en la temporada con los Bravos. / AFP

En el lanzador está la clave del juego de pelota. Si él está fino con la zona de strike, no hay poder que valga. No hay bate que pueda con el arte del engaño, que es el resultado del buen entendimiento entre pitcher y cátcher. La ofensiva queda reducida a nada. A uno que otro imparable, que en realidad son bolas que encuentran el espacio sin cubrir, pican y se extienden por pura rebeldía. Por evitar que la gesta del hombre que se para en el montículo sea mayor. Así sucedió con Julio Teherán este sábado en Washington. Lanzó una joya de siete entradas frente a los Nacionales, dejó sin respuesta a la ofensiva con mejor promedio al bate de la Liga Nacional y fue clave en el triunfo de los Bravos de Atlanta 13-0.

Fue una tarde de inspiración total del cartagenero. Desde que se subió a la denominada lomita de los sustos salió con fuego en sus ojos. Dejó su brazo en cada lanzamiento. Aunque Bryce Harper en el primer turno le conectó un imparable a una bola afuera y le demostró que le puede batear con los ojos cerrados y después Ryan Zimmerman se encontró con un espacio por el campocorto y la pelota llegó rodando al guante de Matt Kemp, Teherán mantuvo el fuego y salió de las dificultades con una recta afuera contra el derecho Anthony Rendón, que terminó sacando un roletazo hacia primera base.

Desde entonces empezó a regir el arte del engaño contra la ofensiva de los Nacionales. El colombiano aprovechó la ventaja que le dio su ofensiva en la segunda entrada, en la que él fue protagonista conectando un imparable que impulsó a Matt Adams para la segunda carrera del partido (anteriormente Kurt Suzuki, con un sencillo, había empujado la primera), para dominar a los bateadores. Para irse arriba en la cuenta. En ese inning sacó a los tres bateadores que enfrentó con tres rectas, que fue su lanzamiento principal. Con el cual maniató a los bateadores. Ese disparo certero, enviado al plato en velocidades cambiantes que siempre estuvieron entre las 90 y 94 millas, se convirtió en la cuerda que se enroscó en la garganta de la ofensiva y la terminó limitando y convirtiendo en nada.

Después del primer tercio del partido y con el partido 6-0 a su favor, Teherán solo le permitió tocar las bases a tres jugadores de los 15 a los que enfrentó: Anthony Rendón, Bryce Harper y Daniel Murphy. Ellos fueron los únicos que lograron llegar a salvo a primera. El colombiano mostró su mejor repertorio. Lanzó siete entradas y solo permitió cuatro imparables, fue su mejor versión tanto en el montículo como con el bate, con el que bateó de 2-2 con tres carreras impulsadas. Es la quinta oportunidad en la campaña en la que el lanzador no permite carreras, segunda con siete entradas lanzadas.

Fue un triunfo sublime para Teherán, que venía de perder en sus últimas dos decisiones. Es la sétima victoria del año para el colombiano, que ha tenido una campaña de altas y bajas. Además, es la quinta victoria en su carrera contra los Nacionales de Washington. “Me sentí fuerte, esa es la manera en la que siempre me quiero sentir”, dijo el lanzador cartagenero tras el partido. “Sé que los números no son los mejores, pero estoy feliz de la manera en la que me siento. Me concentraré en lo que será la segunda mitad de la temporada”, finalizó Teherán, abridor que suena para cambiar de equipo según los rumores que se dan en julio, por la fecha límite de cambios.

@J_Delahoz

Por Jesús Miguel De La Hoz

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