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Cuando Rubén Darío Arboleda, un formador de talentos deportivos del departamento del Valle, vio jugar fútbol a Daniel Grueso, descubrió a una estrella. Pero no para eludir contrarios y marcar goles en la polvorosa cancha del municipio de La Paila, sino para correr. “Mirá, vos deberías dedicarte más bien al atletismo, sos un muchacho rápido, con buen biotipo”, le dijo con seriedad. Daniel, quien entonces tenía 14 años, aceptó la recomendación porque era consciente de sus limitaciones en el rectángulo de juego.
Un par de semanas después ganó cuatro medallas de oro en los campeonatos departamentales y fue reclutado por la liga vallecaucana, que le brindó el apoyo necesario para irse a vivir y entrenar a Cali. Allí comenzó su desarrollo deportivo y académico. A la par de sus éxitos en torneos nacionales, continuó con sus estudios de secundaria y entendió que el atletismo era una llave que le podía abrir muchas puertas.
De hecho, desde hace un año está radicado en Puerto Rico, en donde estudia Química en la Universidad Metropolitana gracias a una beca por pertenecer al equipo de atletismo de la institución. “Yo he asumido el deporte como mi profesión y quiero sacarle el máximo provecho posible. Gracias a él me puedo preparar para el futuro, viajo, conozco y maduro como persona”, dice el colombiano, quien buscaba clasificarse para la segunda ronda de los 100 metros en los Juegos Olímpicos de Pekín, a los que llegó gracias a una marca de 10,24 segundos para esa distancia.
“Estar en China ha sido una experiencia maravillosa y enriquecedora en la parte personal, pero seguramente en lo deportivo también me ayudará a crecer mucho. Acá en la Villa Olímpica he visto a muchos atletas de élite y es impresionante su dedicación, su preparación, su profesionalismo. Los Juegos como evento me han impactado mucho. Estuve en la inauguración y me emocioné demasiado, nunca había presenciado algo así”, dice el corredor de 23 años de edad, nacido el 30 de julio de 1985.
Con respecto a las posibilidades de avanzar en su prueba, Daniel Grueso señala que “cuando corría en 10,60s o 10,70s pensaba que nunca iba a bajar de ahí. “Sentía que ahí me iba a quedar, pero mejoré. Ahora sé que con más esfuerzo, más apoyo y más entrenamiento podré seguir mejorando. Si bajo mi tiempo podría meterme entre los 16, que sería superbueno. Ojalá la ansiedad y las ganas de correr no me jueguen una mala pasada y que tenga la chispita encendida. Si no, habrá que seguir trabajando para el futuro, porque siento que tengo con qué llegar lejos”.
Los grandes favoritos para ganar los 100 metros en Pekín son los jamaiquinos Usain Bolt, poseedor del récord mundial, y Asafa Powell, quien estaba en la misma serie del colombiano Grueso, además del estadounidense Tyson Gay.
“Correr con ellos es una tremenda motivación. Uno los ve y confirma que son de carne y hueso, que no son de otro planeta como parecen. Y comienza uno a pensar que también pueden perder”, dice Daniel, quien sabe perfectamente qué le falta para enfrentarlos con verdaderas opciones de ganar.
“En la salida me falta mucho, bastante diría yo. Necesito tener una mayor reacción y más empuje en el partidor, pero eso se mejora entrenando la técnica, haciendo fortalecimiento y trabajo mental. Lástima que este año no tuve mucha oportunidad de estar con mi entrenador —el cubano Ubaldo Duany—, con quien no pudimos hacer esos trabajos específicos”, señala el velocista vallecaucano, especialista en los 100 y los 200 metros, pero efectivo también sobre la distancia de los 400 metros.
Y aunque se siente agradecido con el atletismo, sabe que no vivirá de ello para siempre. Por eso espera graduarse pronto y ejercer otra profesión, aunque quiere seguir vinculado al deporte para ayudar a los jóvenes que como él tienen en el deporte la llave que les abre muchas puertas en la vida.
Después de su participación en Pekín, Daniel tiene planeado descansar una semana y retomar su plan de entrenamiento para los Juegos Nacionales, que son el comienzo de un nuevo ciclo olímpico, pues quiere llegar a Londres 2012 mejor preparado física y mentalmente para darles la pelea a los grandes. Ya estuvo con ellos, ya los enfrentó, su meta de ahora en adelante es ganarles.