Álvaro Mejía, el médico de la Vuelta a Colombia

El exciclista risaraldense fue gran figura del ciclismo colombiano en Europa. Quedó cuarto en el Tour de Francia de 1993 y compartió equipo con Lance Armstrong. Se retiró por el abuso que existía de sustancias prohibidas.

Jesús Miguel De La Hoz
10 de agosto de 2017 - 12:27 p. m.
El risaraldense Álvaro Mejía Castrillón, el exciclista que es médico de la Vuelta a Colombia 2017. / Mauricio Alvarado - El Espectador
El risaraldense Álvaro Mejía Castrillón, el exciclista que es médico de la Vuelta a Colombia 2017. / Mauricio Alvarado - El Espectador
Foto: MAURICIO ALVARADO

Un año antes de que estallara el caso Festina en el Tour de Francia y que los ojos del mundo se centraran en el ciclismo debido al abuso de sustancias prohibidas, Álvaro Mejía había tomado una decisión contundente: terminar su carrera profesional. No había marcha atrás. Se cansó porque no quería practicar las artimañas que se utilizaban para pelear por las grandes vueltas. No quería andar en esos pasos. “En ese tiempo la Unión Ciclística Internacional (UCI) y la Agencia Mundial de Antidopaje (Wada) no tenían permiso para tomar análisis de sangre ni controlar la eritropoyetina, que la mayoría de corredores usaron. Competir contra eso era muy difícil. O te ponías al nivel de ellos o resignabas tu carrera”, afirma.

Por eso regresó a Colombia. No volvió con la cabeza baja, ni mucho menos. Cuando aterrizó en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, tras haberse inclinado por el retiro con tan solo 26 años, se bajó dando pasos fuertes, con la mirada en alto y con sueños por cumplir. No todo se acabó con el ciclismo. Al contrario, se abrió otra puerta y vio nuevos horizontes. Uno de ellos la medicina, que era un tema que lo había apasionado tanto como el deporte.

Cuando estaba en concentraciones con el equipo Motorola, pasaba horas hablando con los integrantes del cuerpo médico de la escuadra. Preguntaba como un niño emocionado, buscándole respuesta a todo lo que le generaba dudas.

A su regreso a su pueblo, Santa Rosa de Cabal, Risaralda, tenía todo fríamente calculado. A finales de 1998 se inscribió para hacer la carrera de medicina en la Universidad de Manizales e inició clases en 1999. Fueron ocho años los que necesitó Mejía para graduarse como médico. Pero la academia lo sedujo y no quiso perder el hilo, así que realizó una especialización en docencia universitaria, que le sirvió para dar clases en dos universidades, la Tecnológica y la Andina de Pereira. “Fue una experiencia muy interesante, pero me tocó dejarla porque me llamaron del Movistar Team para hacer parte del cuerpo médico del equipo”.

Ese fue un paso inmenso en su carrera como médico, uno que lo hacía feliz y se sentía cómodo, pues combinaba las dos pasiones de su vida. Además, volvió a un equipo World Tour. Estuvo con la escuadra española hasta 2013 y disfrutó de una experiencia maravillosa, en la que aprendió muchas cosas valiosas. Fue el encargado de la salud de Nairo Quintana en sus inicios. El que le ponía los límites. “Nunca fue difícil de tratar. Siempre fue muy juicioso ante mis recomendaciones y las seguía al pie de la letra”, afirma.

A pesar de su salida del equipo telefónico, nunca se alejó del deporte. Continuó manejándoles programas personalizados a deportistas profesionales y regresó a la docencia. También entrena ciclismo tres veces por semana y juega tenis. No pierde el gusto que adquirió cuando era deportista profesional. “La bicicleta es el juguete más hermoso, ¿cómo podría dejarlo?”, dice con un brillo especial en sus ojos. “Montaré hasta que el Señor me dé fuerzas. Es lo más especial que existe”. Sube a los altos de Patios y del Vino, pero ahora no con el afán que tenía cuando vivía del ciclismo. Ya no vuela sobre la bicicleta. El Cometa hace sus rutinas con más calma.

Es un trabajador entregado. El deporte le enseñó a ser constante y organizado y eso se refleja en su gestión. Nunca le hace mala cara a nada. Disfruta de cada momento. Nada es eterno y por eso aprovecha cada oportunidad para mantenerse vinculado al ciclismo. Por esta razón, cuando la Federación Colombiana de Ciclismo lo llamó para hacer parte de la Vuelta a Colombia, no lo dudó ni un solo segundo. “Es una experiencia interesante, bonita y sobre todo es el medio y el ambiente que me gusta, en el que realmente me siento cómodo. Poder estar acá como médico ofreciendo el apoyo necesario a los deportistas y a todo el grupo que tiene que ver con esta competencia, es muy importante, me hace feliz”.

@J_Delahoz

jdelahoz@elespectador.com

Por Jesús Miguel De La Hoz

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