Un raro año ciclístico

En cualquier deporte son normales estos ciclos de altas y bajas que quizás son más notables en un deporte tan rudo y exigente como el ciclismo. En más de cien años de historia el único que pudo ganar cinco Tours en línea fue Miguel Indurain, algo que nunca ocurrió ni en el Giro de Italia ni en la Vuelta a España. Y para las colombianos, que en el gran ciclismo mundial apenas tienen un recorrido de un poco más de tres décadas, es casi inexplicable que se pueda pasar una temporada sin una actuación sobresaliente en ninguna de las tres carreras grandes del calendario.

La temporada no puede de ninguna manera calificarse de desastrosa y ni siquiera de regular. Hay que recordar las victorias de etapa de Nairo Quintana en la París-Niza, en el Tour de los Alpes y en la Clásica de Provence, la espectacular victoria final de Daniel Felipe Martínez en el Dauphiné Liberé y la etapa reina del Tour ganada por “Supermán”. Además no hay que olvidar que en buena parte de la carrera francesa tuvimos a cuatro corredores entre los diez primeros, que López y Urán terminaron en casillas de honor y con ello el ciclismo colombiano mostró que en la actualidad es uno de los mejores del mundo.

Tanto en el Dauphiné como en el Tour Nairo Quintana mostró su grandeza al batallar con la guapeza de los valientes a pesar de que tenía una rodilla con una fractura como se comprobó por estos días. Un absurdo accidente de carretera en un entrenamiento, cuando un aficionado que conducía un vehículo quiso tomarse una “selfie” con el boyacense de fondo lo mandó a tierra, echando por la borda una temporada que pintaba para grandes logros.

En el Giro de Italia tampoco la suerte estuvo con los colombianos. De entrada el Astana tuvo la pésima idea de mandar a la guerra a “Superman” López sin unos días de descanso razonable, en una prueba que por las tres cronómetros programadas, con más de 70 kilómetros de pedaleo en solitario, no le iba bien después de lo que le había ocurrido en la crono final del Tour. Y, tras el abandono del boyacense, por primera vez en muchos años los colombianos nos encontramos esperando victorias en los embalajes de las etapas llanas y días de sufrimiento cuando llegaran las altas cumbres ya que no teníamos en competencia a nuestras figuras estelares y los muchachos que estaban en carrera debían trabajar como gregarios. Nos quedaba la ilusión de ver triunfante en un embalaje a Fernando Gaviria pero los ascensos en mitad de las etapas y luego una caída dejaron muy disminuido al antioqueño. Le queda una etapa para intentarlo, la 19, pero tres días de durísimos premios de montaña que la anteceden, pueden dejarlo muy disminuido.

Y se viene la Vuelta a España. Analizando el recorrido un escalador como Daniel Felipe Martínez puede llenarse de ilusiones y por ello ha manifestado que buscará meterse entre los mejores. De las 18 etapas ocho serán de alta montaña y tres de media montaña, se presentarán cinco llegadas en alto, dos de ellas en los míticos ascensos al Tourmalet y al Anglirou. Pero…, pero esos perfiles serían ideales para los colombianos en el mes de julio. En pleno otoño seguramente van a ser un infierno pues se cuenta que ya hay nieve en los Pirineos. Si las últimas etapas del Giro han sido un tormento hasta para los corredores europeos no se puede esperar nada bueno para los colombianos. El frío es un rival para los nuestros casi invencible. Desde la época de Patrocinio y de Lucho ha sido un enemigo implacable. Por ello el panorama no es muy alentador.

Hay que esperar para doblar la página y pensar ya en el 2021. Varios corredores jóvenes de la tierra surgen poco a poco mostrándonos que tras esta maravillosa generación actual hay futuro. Y no hay que olvidar que este año tuvimos un león dormido que seguramente estará de vuelta muy pronto… Egan, téngalo muy presente, estará al acecho.

En cualquier deporte son normales estos ciclos de altas y bajas que quizás son más notables en un deporte tan rudo y exigente como el ciclismo. En más de cien años de historia el único que pudo ganar cinco Tours en línea fue Miguel Indurain, algo que nunca ocurrió ni en el Giro de Italia ni en la Vuelta a España. Y para las colombianos, que en el gran ciclismo mundial apenas tienen un recorrido de un poco más de tres décadas, es casi inexplicable que se pueda pasar una temporada sin una actuación sobresaliente en ninguna de las tres carreras grandes del calendario.

La temporada no puede de ninguna manera calificarse de desastrosa y ni siquiera de regular. Hay que recordar las victorias de etapa de Nairo Quintana en la París-Niza, en el Tour de los Alpes y en la Clásica de Provence, la espectacular victoria final de Daniel Felipe Martínez en el Dauphiné Liberé y la etapa reina del Tour ganada por “Supermán”. Además no hay que olvidar que en buena parte de la carrera francesa tuvimos a cuatro corredores entre los diez primeros, que López y Urán terminaron en casillas de honor y con ello el ciclismo colombiano mostró que en la actualidad es uno de los mejores del mundo.

Tanto en el Dauphiné como en el Tour Nairo Quintana mostró su grandeza al batallar con la guapeza de los valientes a pesar de que tenía una rodilla con una fractura como se comprobó por estos días. Un absurdo accidente de carretera en un entrenamiento, cuando un aficionado que conducía un vehículo quiso tomarse una “selfie” con el boyacense de fondo lo mandó a tierra, echando por la borda una temporada que pintaba para grandes logros.

En el Giro de Italia tampoco la suerte estuvo con los colombianos. De entrada el Astana tuvo la pésima idea de mandar a la guerra a “Superman” López sin unos días de descanso razonable, en una prueba que por las tres cronómetros programadas, con más de 70 kilómetros de pedaleo en solitario, no le iba bien después de lo que le había ocurrido en la crono final del Tour. Y, tras el abandono del boyacense, por primera vez en muchos años los colombianos nos encontramos esperando victorias en los embalajes de las etapas llanas y días de sufrimiento cuando llegaran las altas cumbres ya que no teníamos en competencia a nuestras figuras estelares y los muchachos que estaban en carrera debían trabajar como gregarios. Nos quedaba la ilusión de ver triunfante en un embalaje a Fernando Gaviria pero los ascensos en mitad de las etapas y luego una caída dejaron muy disminuido al antioqueño. Le queda una etapa para intentarlo, la 19, pero tres días de durísimos premios de montaña que la anteceden, pueden dejarlo muy disminuido.

Y se viene la Vuelta a España. Analizando el recorrido un escalador como Daniel Felipe Martínez puede llenarse de ilusiones y por ello ha manifestado que buscará meterse entre los mejores. De las 18 etapas ocho serán de alta montaña y tres de media montaña, se presentarán cinco llegadas en alto, dos de ellas en los míticos ascensos al Tourmalet y al Anglirou. Pero…, pero esos perfiles serían ideales para los colombianos en el mes de julio. En pleno otoño seguramente van a ser un infierno pues se cuenta que ya hay nieve en los Pirineos. Si las últimas etapas del Giro han sido un tormento hasta para los corredores europeos no se puede esperar nada bueno para los colombianos. El frío es un rival para los nuestros casi invencible. Desde la época de Patrocinio y de Lucho ha sido un enemigo implacable. Por ello el panorama no es muy alentador.

Hay que esperar para doblar la página y pensar ya en el 2021. Varios corredores jóvenes de la tierra surgen poco a poco mostrándonos que tras esta maravillosa generación actual hay futuro. Y no hay que olvidar que este año tuvimos un león dormido que seguramente estará de vuelta muy pronto… Egan, téngalo muy presente, estará al acecho.