Accidentada resultó la llegada en Vittel. Una calle angosta y llena de curvas fue el epicentro de angustias y caídas. Pero también de alegrías. Sobretodo para Arnaud deMare y para Francia. Por primera vez en 11 años gana un velocista francés en el sprint de una etapa del Tour. Desde que Pierrick Fédrigo alzó los brazos en Gap, en una fracción de 181 kilómetros. Hoy la velocidad de los galos volvió a retumbar y nada más ni nada menos que con el campeón de ruta de este país. (Vea nuestro especial del Tour de Francia)
DeMare venció en el sprint final a Peter Sagan, campeón mundial de ruta, y se vistió de verde. Es el mejor velocista de la competencia. El francés aprovechó el borbollón del último kilómetro para sacar diferencias en el embalaje. Tercero fue Alexander Kristoff, seguido por André Greippel y Nacer Bouhanni. Sagan fue expulsado de la competencia.
.@arnaudemare s'impose après une chute de Cavendish / @arnaudemare wins the stage, Cavendish crashed #TDF2017 @vittel pic.twitter.com/93HGr6XETq
Responsable del lance, el eslovaco doble campeón mundial Peter Sagan, quien sacó el codo de paseo para estampar a Cavendish contra las vallas. Degenkolb, que venía detrás, voló y aterrizó con dureza contra el asfalto. En medio del caos más absoluto los supervivientes del infierno discutieron la victoria en "petit comité". Levantó los brazos el campeón nacional Arnaud Demare, de 25 años, feliz por su estreno en la carrera de sus sueños. Desde 2006 no ganaba un ciclista galo al sprint, el último Jimmy Casper. Geraint Thomas aguantó el maillot amarillo un día más, inamovible en sus espaldas desde la crono inicial.
Entrará en el primer examen en alto de los Vosgos con 12 segundos sobre Froome y el australiano Michael Matthews (Sunweb). La penalización puso a Sagan último de la etapa y decimoquinto en la general. A partir del medio minuto el resto de candidatos: Richie Porte, Nairo Quintana, Alberto Contador, Bardet y Aru. El protagonista inicial fue el belga Guillaume Van Keirsbulck (Wanty), este año ganador del G.P Le Samyn, única prueba en el palmarés del equipo belga, uno de los invitados al Tour.
Un ciclista de pedigrí, pues es nieto de Benoni Beheyt, campeón mundial en 1963 por delante de Rik Van Looy, e hijo de Kurt, profesional de 1988 a 1991. Este humilde corredor se independizó de salida como si no hubiese un mañana, atravesó Schengen, localidad donde en 1985 se firmaron los acuerdos para la libre circulación de las personas en Europa y se convirtió en una especie de Quijote a lomos de su bicicleta. Cargado más de historia familiar que de posibilidades desafió al gigante pelotón hasta acumular 14 minutos de ventaja. Tuvo el premio de "chupar" cámara durante 190 kilómetros y de puntuar en cabeza en la única dificultad de la jornada, el Col des Trois Fontaines.
Pero la etapa de "las aguas", entre las estaciones termales de Mondorf-les-Bains y Vittel, no estaba en la lista de regalos. El baño de gloria estaba reservado para los esprinters, de ahí que a 14 de meta la aventura en solitario pasara a la pequeña historia del Tour. Una etapa nueva, ya muy diferente a una neutralizada. El calor y el alto ritmo inyectó nerviosismo al pelotón. La Francaise olía los laureles, como el Dimension Data, de ahí que pusieran a sus hombres a tirar de la locomotora. Una serie de curvas en zona vallada anunciaban peligro. Los favoritos se apartaron, los velocistas se adelantaron. Lucha por la posición. El batacazo partió el grupo en mil pedazos a menos de un kilómetro de meta.
Los sprinters estaban en la selección, menos Kittel, que quedó cortado. En plena locura y ya en la recta de meta, Sagan tiró de codo para evitar que le pasara Cavendish. El "Expreso de Man" descarriló. Detrás iba Degenkolb, el otro gran damnificado. A río revuelto, ocasión para Demare. Premio para el francés en su tercer Tour, ataviado con el maillot tricolor y ahora dueño del maillot verde.
El ganador de la Milan San Remo 2016 logró la novena victoria de la temporada, en su puesta de largo en la carrera con la que soñaba desde niño el ciclista de Beauvais. Con la quinta etapa llega el primer examen serio de montaña. El recorrido entre Vittel y La Planche des Belles Filles, de 160,5 kilómetros, tendrá la meta en alto tras un ascenso de 5,9 kms al 8,5 de pendiente media. Los favoritos a escena.