Ciclismo

Así tratan de superar el calor que convierte al Tour en un “horno”

Agencia AFP | 22 de julio
MARCO BERTORELLO
"Un horno". La ola de calor que registra Francia desde hace unos días golpea también a los participantes en el Tour, sometidos a intensos esfuerzos en condiciones extremas y que a veces combaten las altas temperaturas con soluciones sorprendentes.
ETIENNE GARNIER
Fue en Alpe d'Huez donde el pelotón sufrió los mayores estragos por el calor, ya que hasta esa jornada se había visto en cierta manera beneficiado por el frescor de las cimas montañosas.
BERNARD PAPON
"Fue horrible, un horno. Hay muchos corredores a los que les ha costado recuperarse", explicaba el francés Thibaut Pinot, enrojecido por el sol a su llegada a la cumbre del coloso alpino.
ANNE-CHRISTINE POUJOULAT
Romain Bardet también sufrió "un golpe de calor" con "temblores y el pulso que me golpeaba la sien".
SERRE-CHEVALIER
"Hay algunos que corren el riesgo de sufrir. Cuando llegas a los 38, 40 grados, puede haber desfallecimientos", advierte Jacky Maillot, médico del equipo Groupama-FDJ.
THOMAS SAMSON
Para luchar contra las temperaturas extremas, los organizadores prevén rociar con agua las carreteras, aumentar las zonas de avituallamiento o incluso recortar alguna etapa, como ya ocurrió en junio en el Tour de Occitania.
THOMAS SAMSON
En cuanto a los ciclistas, cada uno adopta un sistema diferente. En la llegada a la Super Planche-des Belles Filles se pudo ver al británico Adam Yates meterse, con el torso desnudo, en una especie de bañera hinchable llena de hielo. "Parece ridículo, pero funciona", indicó Rod Ellingworth, uno de los directores del equipo Ineos.
MARCO BERTORELLO
En carrera no existen las soluciones milagro: echarse agua continuamente, colocarse bolsas de hielo en la nuca y, sobre todo, beber mucho. "Hasta siete litros en una etapa”, dice Maillot.
THOMAS SAMSON
En el Groupama-FDJ, los ciclistas tragan antes de cada etapa "una cápsula, como si fuera paracetamol, que registra la temperatura corporal a lo largo de toda la carrera". "Por la noche recuperamos los datos" para analizarlos, indica el médico.
ANNE-CHRISTINE POUJOULAT
Los corredores tampoco tienen todos la misma resistencia al calor. "Es genético; a mí me encantaba el calor, me daba mucho más miedo el frío, ya que no vi la nieve hasta llegar a Europa", recuerda el exciclista australiano Stuart O'Grady.
THOMAS SAMSON
Pero la intensidad del Tour de Francia, con puertos terribles y un ritmo infernal, es un verdadero desafío. "Es muy duro y, con dos semanas en las piernas, recuperamos peor por la noche con el calor", precisa O'Grady.
MARCO BERTORELLO
Eso puede llevar incluso a decidir el resultado de una carrera, como por ejemplo en el caso del esloveno Tadej Pogacar, quien tiene fama de no aguantar bien el calor. Quizás esto podría explicar su desfallecimiento subiendo el Col du Granon, cuando perdió el maillot amarillo al no poder seguir la rueda del danés Jonas Vingegaard.
THOMAS SAMSON
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