Carapaz, orgullo latinoamericano

El ecuatoriano Richard Carapaz conquistó el título del Giro de Italia y se convirtió en el segundo ciclista de esta región del mundo, después de Nairo Quintana (2014), en subir a lo más alto del podio en la Corsa Rosa. Miguel Ángel López fue el mejor de los jóvenes.

Redacción Deportes - @DeportesEE
03 de junio de 2019 - 02:16 a. m.
El ecuatoriano Richard Carapaz, de 26 años, campeón del Giro de Italia 2019. / EFE
El ecuatoriano Richard Carapaz, de 26 años, campeón del Giro de Italia 2019. / EFE

Aunque pintaba diferente, ha sido un buen Giro de Italia para Colombia. En la edición 102 el balance fue positivo. Se ganaron dos etapas, con Fernando Gaviria y Esteban Chaves, además del título de los jóvenes y el séptimo lugar de la general con Miguel Ángel López, quien, a pesar de haber llegado como candidato al título, no tuvo suerte.

Pero los “escarabajos” no pasaron desapercibidos y fueron protagonistas de la segunda carrera por etapas más importante del mundo, en la que el ecuatoriano Richard Carapaz conquistó el título. Su triunfo lo puede celebrar también el ciclismo colombiano, pues en nuestro país se terminó de formar antes de irse a Europa.

Hace apenas un par de temporadas Carapaz ganó la Vuelta de la Juventud con el equipo Strongman, con el que aprendió a competir al más alto nivel. Su éxito en Italia lo convirtió en héroe nacional en el vecino país, en donde la celebración de su hazaña solo se puede comparar con las de los títulos mundiales y olímpicos del marchista Jefferson Pérez.

Colombia, puerta a Europa

Existe un género de deportistas de bajo perfil, que se revelan con escasos medios y mucho pundonor contra la suerte que el destino les reservaba por su condición o lugar de nacimiento. El nombre de Richard Carapaz quedará asociado de forma indeleble a una gesta nunca antes alcanzada por un corredor ecuatoriano.

En efecto, uno de los hándicaps de los precursores es carecer de referencias cercanas con las que identificarse y que hayan abierto vereda en el profesionalismo. Así le ocurrió a Carapaz, en un país en el que el ciclismo no tenía histotria.

Pero en su ADN parece estar escrito el abrir camino. Fue el primer corredor extranjero en adjudicarse la Vuelta de la Juventud de Colombia. A él le tocó pedalear contra el viento, y comenzó a hacerlo en una BMX sin gomas, todo lo que podía permitirse su humilde familia de agricultores y transportadores.

“Empecé a los 15 años en una escuela de la provincia donde vivía, mi trayectoria durante estos años ha sido difícil por vivir en un país donde no existe el ciclismo y tuve que emigrar a Colombia, donde se me abrieron muchas puertas y pude competir a alto nivel, lo que me sirvió para venir a Europa y fichar por el equipo Movistar”, recordó Carapaz en una de las jornadas de descanso de este Giro, al que no llegó como favorito.

Por eso no es de extrañar que sus ídolos procediesen de países lejanos, como el italiano Marco Pantani. “Cuando yo inicié, mi primer mentor me hablaba mucho de él, me empezó a gustar, miré videos a través de Youtube y me gustaba su forma de correr, su estilo”, confesó Carapaz sobre el Pirata, ganador de la ronda italiana en 1998.

En 2016 dio el salto al equipo español Lizarte sin tener un contrato profesional. “En la categoría aficionada tenemos el privilegio de compartir el día a día con el ciclista. Eso nos permite ver detalles indicativos de sus posibilidades a largo plazo. En el caso de Richard, cuando estaba en nuestro equipo no sabíamos si llegaría a ganar el Giro de Italia algún día... Pero si hubiera tenido que apostar justo antes de este Giro, lo hubiera hecho por su victoria. Sabíamos que tenía las opciones y el nivel para lograrlo”, recuerda Juanjo Oroz, director del equipo por el que pasó también el costarricense Andrey Amador.

Nadie le ha regalado nada

Pronto pasó al Movistar, donde aprendió y se forjó a la sombra de Nairo Quintana y de Alejandro Valverde. Primero descubrió la Vuelta a España y un año después conquistó su primera Vuelta a Asturias. “Allí entendió su potencial como posible ganador de vueltas de una semana o incluso más. Comenzó a medir un poco más sus esfuerzos y seguir la estrategia del equipo. Nadie le ha regalado nada. Ha ganado todo a pulso”, explica Eusebio Unzué, su actual entrenador.

Ecuador no cuenta con un gran historial de éxitos en competiciones deportivas de primer nivel, más allá de la victoria de Andrés Gómez en Roland-Garros en 1990, las medallas olímpicas y mundiales de Jefferson Pérez, o la victoria de la Liga Deportiva Universitaria de Quito en la Copa Libertadores de 2008. Tanto o más importante ha sido ahora el triunfo de Carapaz, cuyo nombre estará a su lado, inscrito con letras doradas.

Por Redacción Deportes - @DeportesEE

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