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Fue en Villa de Leyva, cuando tenía 13 años, que Esteban Chaves se dio cuenta de que tenía el talento suficiente para convertirse en ciclista profesional. Jairo, su papá, lo llevó a montar bicicleta al mítico municipio de Boyacá con un grupo de veteranos. Ese día, en 12 kilómetros, el joven bogotano les sacó ventaja a todos y dejó sin palabras a sus acompañantes, que quedaron fascinados con su potencial.
Sin embargo, el atletismo fue el primer deporte al que Esteban quiso dedicarse. Su padre siempre ha sido la persona que ha estado a su lado para ayudarlo a cumplir todos sus sueños. Por eso, cuando Esteban llevaba tres meses entrenando atletismo, lo inscribió en una carrera en Soacha, junto con 300 niños más, y Esteban fue el que pasó primero por la línea de meta. Ese fue el momento en que Jairo sintió que su hijo estaba para cosas muy grandes.
El 2013 fue el año en el que Esteban tuvo que vivir el episodio más difícil de su carrera deportiva. En el Trofeo Laigyeglia, en Italia, en el kilómetro 130 de una etapa, el ciclista colombiano midió mal una curva y su bicicleta no giró tanto como él esperaba, por lo que fue a dar contra un muro. Eso le ocasionó fracturas en la cara y la clavícula y severos traumas en el brazo izquierdo y la cabeza.
Chavito tuvo que vivir doce meses de angustia por culpa del accidente e incluso por su cabeza pasó la posibilidad de no volver a montar en una bicicleta, pues el dolor que sentía era insoportable. Ni siquiera podía mover el brazo para comer.
Oliverio Cárdenas, que se desempeño como el primer entrenador del hoy líder del Giro de Italia, estuvo con él en todo el proceso de recuperación. En casa de los Cárdenas, Chaves encontró una familia que le daba amor y apoyo para salir de esa dolorosa situación. Tanto así que en sus habituales estadías en la casa de su entrenador, Esteban encontró en Nataly, hija de Oliverio, una persona que no dejó de estar pendiente de él, que fue muy importante en su recuperación y se convirtió en su novia hasta el día de hoy.
Desde Bogotá, Oliverio sabe de las dificultades que se le presentarán este sábado a su expupilo: “Debe estar muy cerca de Nibali y Valverde para mantener el tiempo respecto a ellos. Debe ser fuerte para mantener el liderato”, dijo.
A sus 26 años de edad, el bogotano suma dos títulos en su palmarés: el Tour del Porvenir en 2011 y el Tour de Abu Dabi 2015.
Esteban se ha caracterizado por responder con una sonrisa a los momentos más difíciles y seguir pedaleando con su berraquera para cumplir cada una de las metas que se ha propuesto. Cada vez que gana una etapa levanta el brazo derecho: lo hace para recordarse que no hay barreras que se puedan interponer en su camino.
“Estoy tranquilo y contento, con los pies en la tierra y tratando de salvar la máxima energía posible para la última semana”, había declarado Chavito en la primera semana de competencia. Este sábado, a falta de dos jornadas para el cierre de una nueva edición del Giro de Italia, el colombiano está muy cerca de entrar a la historia de este deporte.
Hoy todos los colombianos esperan levantar el brazo derecho junto con el bogotano, para celebrar el segundo título del Giro de Italia para el país y sonreír con él en lo más alto del podio en una de la carreras ciclísticas más importantes del mundo. Cuando cruce la meta en La Lombarde estarán sus padres y su novia para recibirlo con un abrazo.