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Aunque el Giro de Italia tiene ya más de una semana de pedaleo y hasta contaba con un líder que parecía muy sólido, era una carrera en la que no pasaba nada, en la que los verdaderos protagonistas de la primera de las tres grandes pruebas del año ni siquiera se habían mostrado los dientes y permanecían agazapados a la espera de los días cruciales de la última semana.
Pero el Giro siempre es una Vuelta impredecible, en la que puede ocurrir cualquier cosa. Bastó una subida de segunda categoría en los kilómetros finales de la jornada de este sábado para romper esa tregua no pactada, para acabar en un instante esa pachorra que adormilaba a los espectadores. Uno de los grandes aspirantes al título, el español Alejandro Valverde, se cansó de mantener esa calma chicha y resolvió desbaratarle de una vez el sueño a Tom Doumolin, quien esperaba la etapa contra reloj de 40 kilómetros, en la que es uno de los más destacados especialistas, con la intención de prolongar unos días más su liderato.
Y ese ataque de Valverde fue el primer campanazo de un octavo asalto que se volvió dramático por el tempranero desfallecimiento del líder, que agonizó en solitario en la primera subida de verdad, que se hacía más penosa por los seis kilómetros de terreno destapado en el que el polvo no sólo se metía en los pulmones sino que hacía ver como una pesadillo cómo sus rivales se le iban alejando y cómo hasta ciclistas de la segunda página lo superaban sin mayor dificultad.
Vuelco total en las clasificaciones sin que se haya aclarado nada: quienes partieron como candidatos al título en la cronómetro inicial de Holanda siguen ahí.
Ninguno de ellos ha perdido opción y ninguno de ellos tampoco ha conseguido una ventaja importante: Valverde, Nibali, Zakarin, Kruijswijk, Chaves, Urán, Majka, Possovivo y Landa siguen muy cerca. Aunque algunos de ellos desfallecieron en ciertos tramos, lograron llegar juntos a la meta y mantener sus opciones. Eso sí hay que señalar que los dos corredores colombianos que van por el título, Esteban Chaves y Rigoberto Urán, en ningún momento mostraron signos de debilidad y comienzan a ser tenidos en cuenta por los especialistas europeos que apenas medio los mencionaban y sólo les daban una muy ligera opción de estar en la gran batalla que se verá en la última semana .
Ahora contra el reloj
Este primer “test” que se vio en el singular ascenso a Alpede Poti, tiene hoy su segundo capítulo, totalmente diferente, con la etapa a cronómetro de 40 kilómetros que se corre en los alrededores de Chianti.
Será un recorrido complicado, un continuo sube y baje combinado con tramos planos en los que la fuerza y la preparación para esta clase de competencias van a jugar mucho y en el que varios de los aspirantes pueden perder minutos definitivos. Quizás el exlíder Doumolin va a tratar de sacudirse un poco su oprobiosa derrota pero la emoción estará en los segundos que puedan sacarse quienes en este momento están en la primera página de la clasificación general.