Diana Carolina Munévar, oro en la contrarreloj individual del Campeonato Mundial de Paracycling

En 2014, Munévar estaba estudiando agrobiotecnología en el Sena de Duitama (Boyacá). Para eso tuvo que trasladarse a vivir con sus abuelos maternos en Tibasosa, mientras se trasladaba sintió un estruendo en su cuerpo: una tractomula la atropelló. El saldo fue una pierna amputada.

Redacción deportes
17 de mayo de 2019 - 11:56 a. m.
Cortesía
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Daniela Carolina Munévar Florez ganó la medalla de oro en la prueba de contrarreloj individual de 18 kilómetros del Campeonato Mundial de Paracycling, que se está llevando a cabo en Ostende (Bélgica). 

La oriunda en Cucaita, Boyacá, recorrió la distancia en un tiempo de 31:43. El podio lo completaron la neozelandesa Sarah Ellington (32:52) y la austriaca Yvonne Marzinke (33:33). 

Munévar venía de conquistar a mediados de marzo la presea de plata en persecución individidual en el Campeonato Mundial Paracycling en Apeldoorn, Holanda.

En 2014, Munévar estaba estudiando agrobiotecnología en el Sena de Duitama (Boyacá). Para eso tuvo que trasladarse a vivir con sus abuelos maternos en Tibasosa, municipio que queda alrededor de 30 minutos en carro del lugar donde estudiaba. El trasporte preferido y escogido por ella siempre ha sido la bicicleta. El 23 de abril del mismo año, aproximadamente a las 5:00 p.m., mientras se trasladaba para ir a la casa de sus abuelos, sintió un estruendo en su cuerpo. Una tractomula la atropelló.

Después de encontrarse entre la vida y la muerte, el resultado del accidente fue una pierna amputada. ¿Cómo darle fuerza a la familia? ¿Cómo seguir soñando con ser una ciclista profesional? Esas eran algunas de las preguntas que debía resolver mientras se encontraba en la clínica. “A mí me marcó mucho el accidente. Fue muy duro estar consciente de lo que me había pasado. Cuando me amputaron el pie no sé de dónde saqué fuerzas para darles también ánimo a mis padres. Es muy duro que su hija pierda una parte de su cuerpo”.

El técnico José Castro fue el primero que le habló de otra alternativa. Ella, que pensaba que debía abandonar el sueño de ser profesional con su bicicleta, recuperó la esperanza cuando este entrenador le habló del paraciclismo. No tardó mucho en buscar la manera de fortalecer su cuerpo y su mente para empezar a asumir otro reto.

Después de pasar tiempo en su recuperación, Carolina se montó de nuevo en una bicicleta. “El primer día que fui a entrenar con mi papá fue como el primero en que me monté en la bicicleta. Cuando empecé a pedalear, él iba corriendo detrás de mí para que yo no me cayera. Fue como volver a empezar”.

Otra vez tenía en su mente la meta de competir con grandes profesionales, pero con la diferencia de que debía empezar a correr con la fuerza de un solo pie. Se demoró un tiempo para salir a entrenar en la calle. Mientras cogía la confianza para sentir el asfalto bajo su bicicleta y reconocer que el sonido de los carros no significaba peligro, debió empezar a crear confianza en sí misma que le permitiera salir sola con su otro compañero de entrenamiento y no siempre con su padre y preparador. Al entrenar buscaba todo los días que el recuerdo de su accidente sólo fuera una excusa para superarse día a día. Como lo viene haciendo en las carreteras del mundo entero. 

Por Redacción deportes

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