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Gracias a una larga escapada en solitario, que supo mantener con un puñado de segundos, el neerlandés Dylan Van Baarle (Ineos Granadiers) se alzó con la victoria en la 75 edición de la clásica belga A través de Flandes, disputada entre Roeselare y Waregem, con un recorrido de 184.1 kilómetros.
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Van Baarle se apuntó una victoria al buen rendimiento de su equipo esta temporada ganando el décimo éxito del Ineos este año, unos días después de copar los tres puestos del podio en la Vuelta a Cataluña. Y esta vez lo logró en solitario, con un ataque lejano que sorprendió a sus rivales, que se vieron impotentes para neutralizar la heroica aventura.
El corredor oriundo de Voorburg, de 28 años, entró en la meta de Waregem con tranquilidad, con tiempo para celebrar el triunfo más importante de su carrera, con un tiempo de tres horas, 59 minutos y tres segundo.
La segunda plaza fue para el francés Christophe Laporte (Cofidis) y la tercera para el belga Tim Merlier (Alpecin), que encabezó el pelotón que entró a 27 segundos del ganador, con todos los favoritos de la jornada.
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Una “semiclásica” que se disputó con un recorrido en el que los favoritos, en principio Van der Poel y Julian Alaphilippe, se vieron sorprendidos en las sucesivas batallas que se produjeron durante toda la jornada, especialmente en el último tercio.
De entrada animaron Ethan Hayter (Ineos), Florian Vermeersch (Lotto-Soudal) y Jelle Wallays (Cofidis) con una fuga formada en el kilómetro 80, pero en cuanto empezaron a sucederse las subidas el decorado cambió.
La aventura se terminó antes del Taaienberg, a 60 de meta, donde un primer ataque Van Baarle rompió el pelotón en varios sectores.
Mientras el neerlandés daba forma a su posterior hazaña le pisaban los talones el ganador de la Milán San Remo, Jasper Stuyven, y el velocista noruego, Alexander Kristoff. En medio de los nervios y de la lucha por la posición, se produjeron caídas que afectaron a hombres importantes como Trentin, Viviani, Pidcock o Asgreen.
Trataron de reaccionar con sendos ataques Van der Poel y Avermaet, pero Van Baarle no bajaba el ritmo, y sin tener una gran ventaja, en torno al medio minuto, los perseguidores no fueron capaces de restarle tiempo.
La persecución fue incesante, la resistencia de Van Baarle también. El neerlandés hizo su propia contrarreloj hasta la meta, regulando el esfuerzo y confiado de alcanzar el éxito.
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Van der Poel y Alaphilippe entregaron la opción de victoria lejos de meta, como queriéndose reservar para el Tour de Flandes del próximo domingo. En el Holstraat, a 18 de meta, Van Baarle mantenía 30 segundos de adelanto, que mantuvo en el Nokereberg, la última dificultad del trayecto.
Por detrás los diversos grupos se acechaban, hasta que se unieron para formar un numeroso pelotón que no pudo hacer nada.
Van Baarle entró en los dos últimos kilómetros con fuerzas para rematar una gran faena, la más importante en su palmarés, junto con una etapa que logró en el Dauphiné 2019.
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“El año pasado fue muy difícil con todo lo que pasó, pero ahora vamos por el buen camino y el equipo sigue en racha. En las clásicas corremos este año con más ambición, mucho más ofensivo. Es bueno correr así y yo estoy feliz de haber podido ganar. Una semiclásica es súper especial. Está en lo alto de mi palmarés”, dijo el ganador de la A Través de Flandes.