Egan Bernal y Pablo Mazuera, alumno y maestro se encontraron

Pablo Mazuera, formador del ciclista Egan Bernal, está viendo a su pupilo por primera vez en la ruta. Un día con el equipo Sky.

Luís Guillermo Montenegro
11 de febrero de 2018 - 08:02 p. m.
Pablo Mazuera junto a Egan Bernal en la carrera de ciclismo Oro y Paz. / Prensa Carrera Oro y Paz
Pablo Mazuera junto a Egan Bernal en la carrera de ciclismo Oro y Paz. / Prensa Carrera Oro y Paz

Una prueba, una oportunidad para crecer. Sin saber el valor que tenía, ese día Egan Bernal no se ahorró nada. Sus piernas encalambradas, el dolor, el barro, las rodillas raspadas y las gotas de sudor cayendo de su frente fueron muestra del esfuerzo. Fue uno de los mejores, de los elegidos, junto con Diego Vásquez, Jonathan Sotelo y Brandon Rivera, para entrar al equipo Mezuena, de Pablo Mazuera, quien días atrás le había pedido a Hilvar Malaver que le consiguiera a los mejores ciclistas de montaña de Zipaquirá en la categoría infantil, para apoyarlos.

En una tarde de 2010, Hilvar le presentó a Pablo a los ciclistas. Ahí nació la amistad, casi paternal, de Mazuera con estos niños que fueron apoyados no sólo en su formación deportiva sino también humana. El tiempo pasó y Egan demostró que era la joya. Ganaba todo lo que corría y su nivel le exigió al equipo Mezuena comenzar a ayudarlo de una manera cada vez más profesional. El crecimiento de este ciclista nacido en Bogotá pero criado en Zipaquirá no fue paulatino, más bien fugaz. Se hizo grande siendo pequeño. Tomaba decisiones como adulto, a pesar de que seguía siendo un niño. Viajes a Europa. Victorias y derrotas. Alegrías y tristezas. Caídas, fracturas y aprendizajes que le dieron carácter.

Del ciclomontañismo pasó a la ruta y fue ahí cuando Pablo Mazuera entregó su joya, a su hijo, quien ya estaba para brillar solo. Firmó con el Androni Giocattolli y en sus primeras temporadas descrestó al mundo del ciclismo. En los tests físicos sus números eran similares a los de grandes estrellas como Nairo Quintana y Chris Froome. “La bestia que viene” llegaron a titular medios especializados de ciclismo en Europa. A finales de 2017 firmó con el Team Sky, el mejor del mundo. Con 21 años les dijo a sus padres que ya habían trabajado lo suficiente. Germán dejó de ser vigilante del embalse del Neusa y Flor no fue más empleada doméstica. 

A pesar de acompañarlo durante todo su proceso y ser el gran responsable del éxito de Egan, Pablo Mazuera nunca había visto a su pupilo, en vivo y en directo, en una competencia de ruta, así que después de ver el Campeonato Nacional por televisión, decidió comprar tiquetes a Cali y hacer una reserva por dos noches en el hotel Intercontinental para poder compartir con Egan en las  dos primeras etapas de la carrera Oro y Paz, en Palmira (Valle).

El alumno se encontró con el maestro. Se dieron un abrazo y se sentaron a hablar en uno de los sofás el lobby del hotel. Esa misma noche Egan le presentó a su entrenador, el español Xabier Artetxe. Al otro día, en el desayuno, Pablo conoció a Sir Dave Brailsford, el mánager general del equipo, quien supo todo lo que Mazuera hizo por el crecimiento de Egan y se mostró orgulloso de su trabajo. Tanto así que le comentó que el Sky tiene un proyecto en el que busca que los formadores de sus ciclistas se vean beneficiados, así que próximamente volverán a ponerse en contacto.

Ese mismo día, Pablo se fue en el bus del equipo hasta el punto de partida en Palmira. Vio cómo era el funcionamiento de todo, en el que no se descuida ningún detalle. Habló con los hermanos Henao, con Jonathan Castroviejo y los demás ciclistas de esta escuadra británica. Vio el trabajo de los mecánicos, habló con Egan antes de ir a firmar la planilla y luego lo vio por primera vez dar pedalazos sobre la bicicleta Pinarello, una de las más lujosas marcas, usada por el Sky.

Fue un momento de alegría y aprendizaje. Emoción por ver al mismo niño que conoció en Zipaquirá hace ocho años, ahora en la élite del ciclismo mundial, y también porque muchos detalles del funcionamiento del Sky los podrá replicar en su equipo de ciclomontañismo, el Specialized Tugó-Sram, el cual sigue con la idea de apoyar a niños talentosos que puedan llegar a ser como Egan Bernal.

@luisguimonte 

Por Luís Guillermo Montenegro

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