“Egan va a ganar el Tour algún día”: Gianni Savio

Mientras Nairo Quintana, Rigoberto Urán y Miguel Ángel López pelean por un lugar en el podio de la Vuelta a España, uno de los técnicos más experimentados del pelotón mundial pronostica el éxito de la joya del equipo Sky.

Jesús Miguel De La Hoz
02 de septiembre de 2018 - 03:03 p. m.
Gianni Savio fue entrenador de Egan Bernal en el Androni / Cortesía
Gianni Savio fue entrenador de Egan Bernal en el Androni / Cortesía

Un joven de pocas palabras, con una sonrisa tímida, los ojos pegados al suelo y las manos en los bolsillos de su buzo en busca de calor apareció en Lissone (Italia), donde fue la llegada de la Coppa Agostoni. Era el 16 de septiembre de 2015 y la caída de algunas hojas marcaba el inicio del otoño en el Viejo Continente. Egan Bernal estaba parado a la mano derecha de Paolo Alberati, exciclista, quien cruzaba unas palabras en italiano con Gianni Savio, director del equipo Androni. La conversación entre ambos era por un pedalista de apellido Pacciardo, pero no había espacio para él en la escuadra, solo quedaba un cupo y Savio buscaba un escalador.

Al escuchar los deseos del director del Androni, los ojos de Alberati se abrieron y una sonrisa se le dibujó en la cara. “Lo tengo acá”, le dijo con voz fuerte y llena de confianza, conociendo de memoria las cualidades que Egan Bernal había demostrado hasta el momento, sin importar que solo hubiera sido en ciclomontañismo. Al mismo tiempo llevó su mirada hacia su costado derecho, a la figura del colombiano, quien aún no levantaba la cabeza. Savio lo observó con desconfianza y antes de que pudiera decir algo, Paolo Alberati le quitó las dudas: “Gianni, te voy a enviar los resultados del examen que le hicimos en el Centro Mundial de Ciclismo en Aigle (Suiza) y me dirás lo que piensas de este joven”.

En la noche de ese miércoles Savio miró detenidamente las evaluaciones y cada palabra que leía sobre Bernal lo sorprendía más. Hasta que se centró en el resultado de VO2Max, el cual comprende la capacidad de oxigenación de un deportista. El número que aparecía era sorprendente para un ciclista de su edad: 88,9 de kilo por peso, superando el examen de Chris Froome a los 22 años: 84,6. Sin perder tiempo se reunió con Alberati y le dijo que quería ver a Bernal en competencia. Se citaron nuevamente para el domingo 20 de septiembre, día en el que se corría Il Piccolo Fiandre. Ese día se acabaron las dudas, las vacilaciones, los interrogantes. Egan Bernal, en la subida final, que era sin asfalto, arrancó y dejó a todos tirados. Ninguno pudo seguirle el ritmo y ganó sobrado.

Savio no dudó mucho en firmar al colombiano. Lo hizo por cuatro años. Desde entonces se enfocó en trabajar en el progreso del ciclista y llevarlo a un buen ritmo, sin meterle presión. “En un joven de esa edad no debe haber ningún tipo de estrés; lo puse en una posición para exprimir bien todas sus cualidades. En el primer año profesional que hizo con nosotros no lo dejé participar en la Tirreno Adriático aunque él quería hacerlo. Le dije que no, que era por su bien, no quería quemarlo ni exigirle más de lo que me podía dar a esa edad”, recordó Savio en diálogo con El Espectador. “De inmediato me di cuenta de que tenía una mentalidad madura. Con 19 años parecía un hombre de 30; mostró siempre un gran equilibrio emocional”.

De los cuatro años que firmó con el equipo Androni, Bernal solo duró dos. Sus cualidades fueron codiciadas y se robaban los suspiros de los grandes equipos del World Tour: Movistar Team y Sky, los dos más importantes. Fue la escuadra británica la que ganó el pulso y se hizo con los servicios de un diamante en bruto, que de inmediato empezó a abrir ojos de propios y extraños: este año se coronó campeón de la contrarreloj individual en el Campeonato Nacional de Ruta, de la Carrera Colombia Oro y Paz y del Tour de California. Además, fue top 10 en el Tour Down Under, en el que además ganó la clasificación de los jóvenes y finalizó segundo en el Tour de Romandía. No obstante, el examen que lo llevó a tocar el cielo con las manos y robarse los aplausos fue el Tour de Francia.

En la carrera gala, el nacido en Bogotá y criado en Zipaquirá no brilló en la clasificación general, pero hizo un trabajo monstruoso para que el británico Geraint Thomas se quedara con el título de la competencia, su primero en una grande. Egan estuvo inmenso. En los momentos de debilidad del equipo, aparecía su figura trabajando, guiando al grupo, dándole aire a Thomas y a Froome para que remataran en los últimos kilómetros. “Hay que decir que Egan un día, dejándolo madurar, va a ganar el Tour de Francia. Tiene 21 años y seguramente lo hará en tres o cuatro temporadas. No importa el tiempo, pero estoy seguro de que lo va a lograr y no solo eso: también terminará en lo más alto del podio de las grandes vueltas restantes”, resaltó Savio.

Su cercanía con Colombia

La historia de Gianni Savio con Colombia comenzó en 1991, en un Clásico de la Frontera que se corrió entre San Antonio del Táchira y Cúcuta. Esa fue la primera vez que el italiano pisó territorio nacional. Lo hizo gracias a un viejo conocido: Héctor Urrego Caballero, periodista de RCN, a quien conoció en las grandes vueltas de ciclismo. Él fue quien lo invitó al país. En ese tiempo Savio solo había llevado a Italia de Latinoamérica al venezolano Leonardo Sierra, ciclista con el que ganó la etapa reina del Giro de Italia de 1990, que finalizó en Aprica. Sin embargo, sentía una cercanía con Colombia por el arte precolombino y su historia.

Tuvo la oportunidad de conocer el país y quedó fascinado, a pesar del duro momento que vivía. Era la época del narcotráfico: la guerra entre el cartel de Medellín —comandado por Pablo Escobar— y el cartel de Cali —liderado por los hermanos Rodríguez Orejuela— se encontraba en todo su auge. Los carros bomba, los muertos, la destrucción, el llanto, eran el pan de cada día. “Una vez llegué a Bogotá, a un homenaje para Fabio Parra y Lucho Herrera. Recuerdo que estallaron dos bombas cerca al hotel en el que me encontraba”, precisó. Pero nada pudo hacerle perder cariño por Colombia, pues ya había quedado fascinado con su ciclismo.

Posteriormente, empezó a llevar a pedalistas nacionales para Italia. El primero que sacó fue Nelson Cacaíto Rodríguez. Lo llevó al ZG Mobili, equipo con el que obtuvo el triunfo más importante de su carrera: la etapa 17 del Tour de Francia de 1994, con final en Val Thorens. En esa fracción de 149 kilómetros, que se corrió el 20 de julio, venció a Piotr Ugrumov y a Marco Pantani. A partir de ahí sus lazos con el país fueron más estrechos. “En 1996 con el equipo Gaseosas Glacial ganamos el Clásico RCN con Israel Ochoa, la Vuelta a Colombia con Miguel Sanabria y el campeonato colombiano con Celio Roncancio. Después tuve el patrocinio de Colombia, creamos el equipo Selle Italia, con el que logramos buenos resultados. En el Giro de Italia 2005 ganamos en tres etapas de montaña: dos con Iván Parra y una con José Rujano, quien se quedó con un puesto en el podio y con la clasificación de la montaña”.

Además de Cacaíto Rodríguez, llevó a ciclistas como Fredy González, Hernán Darío Muñoz y José Serpa. Sin embargo, los más importantes que firmó fueron Egan Bernal e Iván Sosa, dos prospectos que maravillan con su pedalear y quienes están llamados a ser protagonistas del pelotón mundial. Savio tiene sus ojos bien puestos en el ciclismo nacional, conoce su calidad, la materia prima que tiene esta tierra y es un fiel creyente de que la poesía de este deporte se encuentra en el motor de los escarabajos, que con su consistencia y persistencia le roban sonrisas constantes a los colombianos.

@J_Delahoz

jdelahoz@elespectador.com

Por Jesús Miguel De La Hoz

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