El boliviano que sueña con ganar la Vuelta a Colombia

Villazón es un pueblo al sur de Bolivia que está ubicado a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Una cancha de fútbol cerca al puente internacional la Quiaca, que separa a Bolivia de Argentina, es su centro deportivo más importante. No obstante entre sus angostas calles, algunos viejos del pueblo salen a pedalear y fue gracias a esto que a Óscar Soliz le nació el amor por el ciclismo.

La cercanía de Villazón con Argentina pudo haber incidido a que este joven se inclinara por el fútbol, pero la pasión por subir y bajar lomas fue mucho más poderosa. “A los 14 años mi mamá me regaló un bicicleta Huracán”, recuerda con emoción el nacido en Cotagaita hace 30 años, que incluso llegó a escaparse del colegio para salir a entrenar, “para mí el ciclismo es como una distracción, una aventura por ir a conocer áreas rurales, observar nuevos lugares”.

Poca fue la sorpresa cuando una vez terminó el bachillerato se dedicó en un 100% a entrenar. Y claro, Soliz ya tenía en sus espaldas un campeonato Provincial de Villazón y otro del nacional de los Juegos Estudiantiles. “Esa competencia que se corrió en La Paz fue mi primer gran incentivo en la vida, gané las dos medallas de oro: en Crono y Fondo. Así que a partir de ahí nunca más dejé de entrenar, y lo hice con más rigor para poder alcanzar más triunfos”.

Su amigo, Carlos Cocalazo, fue el responsable para que este pedalista encontrara su rumbo. Lo ayudó a meterse por completo en el deporte, fue quien lo guió para que compitiera en su primera carrera y era quien lo acompañaba a pedalear por cuatro, cinco o seis horas al día.

Esto hizo que en 2003 llegara al equipo de Cochabamba, llamado Pollito Rico, donde estuvo hasta 2005 para después recibir el apoyo del municipio, de la empresa privada y armar así su propia escuadra llamada Villazón. Fueron esas ganas de seguir adelante la que lo trajeron a Colombia. Una doble a Copacabana, donde ganó los premios de montaña y varias etapas, le abrieron los ojos a Alfonso 'El Pollo' López y a Libardo Niño, quienes le abrieron las puertas para llegar al equipo EBSA. “Ellos han sido un apoyo muy grande para mi carrera como ciclista profesional”.

Pero esa no era su primera vez en el país de los ‘escarabajos’. En 2005 debutó en la Vuelta a Colombia con la Selección de Bolivia y desde allí nació un sueño por ser el campeón de una de las competencias más exigentes del ciclismo nacional, “fue una carrera donde sufrí mucho, el nivel era muy alto, apenas tenía 20 años y era mi primera vuelta de 15 días. Me quedó el bonito recuerdo que la logré finalizarla y terminé dentro de los 50 primeros, eso para mí fue un gran logro”.

Pero con el EBSA no fue fácil establecerse. Aunque disputó la Vuelta de la Juventud, el Clásico RCN y la Vuelta a Colombia, siempre fue gregario pero sus aspiraciones iban más alto, no obstante aprendió que haciendo el trabajo de hormiga podía llegar lejos “cuando corríamos con los elite tenía que trabajar como peón, como decimos en el pelotón. Sin embargo me sentía tranquilo de ayudar a los demás compañeros y, de paso, a Libardo”, y con ese aprendizaje regresó a Bolivia en 2009.

Los frutos de su trabajo realizado en Colombia no iban a demorar. En ese año que volvió a su país natal ganó el oro en los Juegos Bolivarianos y un año más tarde se coronó campeón de la Vuelta a Bolivia. Ese fue el momento donde el Movistar Team América posó sus ojos sobre el pedalista, pero de entrada nada fue fácil para el último campeón del Clásico RCN, “al principio mi participación en Movistar estaba cuestionada porque esta empresa no tiene presencia en Bolivia, los organizadores dudaron en patrocinar a un ciclista de un país que no está dentro de su cobertura, pero se acordó una especie de prueba por un año para ver resultados. Luego mi desempeño fue bueno y ya llevo cinco años en el equipo”.

Ahora su anhelo es ganar la Vuelta a Colombia, en 2014 fue séptimo a 1 minuto, 59 segundos de Óscar Sevilla. Pero al español, que es su rival a vencer en este 2015, lo derrotó en el último Clásico RCN sacándole una ventaja de 2 minutos 50 segundos, “es un pedalista muy fuerte. Trabaja duro para sacar diferencias, por eso es que nosotros también nos preparamos. Hay que demolerlo para que no llegue bien a la etapa final”.

Para lograr ese sueño el boliviano se ha preparado de la mejor manera, aunque tuvo algunos quebrantos de salud, los dejó atrás, y se vio con mucha confianza en la Vuelta a Cundinamarca donde ganó una etapa, “me sentí muy bien en esa competencia, después hice la Vuelta a Santander y también tuve un buen desempeño, así que creo que vamos por muy buen camino”, dice con entusiasmo el pedalista que quiere ser el primer boliviano en ganar la Vuelta a Colombia. “Después de eso sólo me quedaría competir en un equipo en Europa, lo cuál sería magnífico para mí y para mi país”, finalizó.
 

Villazón es un pueblo al sur de Bolivia que está ubicado a 3.400 metros sobre el nivel del mar. Una cancha de fútbol cerca al puente internacional la Quiaca, que separa a Bolivia de Argentina, es su centro deportivo más importante. No obstante entre sus angostas calles, algunos viejos del pueblo salen a pedalear y fue gracias a esto que a Óscar Soliz le nació el amor por el ciclismo.

La cercanía de Villazón con Argentina pudo haber incidido a que este joven se inclinara por el fútbol, pero la pasión por subir y bajar lomas fue mucho más poderosa. “A los 14 años mi mamá me regaló un bicicleta Huracán”, recuerda con emoción el nacido en Cotagaita hace 30 años, que incluso llegó a escaparse del colegio para salir a entrenar, “para mí el ciclismo es como una distracción, una aventura por ir a conocer áreas rurales, observar nuevos lugares”.

Poca fue la sorpresa cuando una vez terminó el bachillerato se dedicó en un 100% a entrenar. Y claro, Soliz ya tenía en sus espaldas un campeonato Provincial de Villazón y otro del nacional de los Juegos Estudiantiles. “Esa competencia que se corrió en La Paz fue mi primer gran incentivo en la vida, gané las dos medallas de oro: en Crono y Fondo. Así que a partir de ahí nunca más dejé de entrenar, y lo hice con más rigor para poder alcanzar más triunfos”.

Su amigo, Carlos Cocalazo, fue el responsable para que este pedalista encontrara su rumbo. Lo ayudó a meterse por completo en el deporte, fue quien lo guió para que compitiera en su primera carrera y era quien lo acompañaba a pedalear por cuatro, cinco o seis horas al día.

Esto hizo que en 2003 llegara al equipo de Cochabamba, llamado Pollito Rico, donde estuvo hasta 2005 para después recibir el apoyo del municipio, de la empresa privada y armar así su propia escuadra llamada Villazón. Fueron esas ganas de seguir adelante la que lo trajeron a Colombia. Una doble a Copacabana, donde ganó los premios de montaña y varias etapas, le abrieron los ojos a Alfonso 'El Pollo' López y a Libardo Niño, quienes le abrieron las puertas para llegar al equipo EBSA. “Ellos han sido un apoyo muy grande para mi carrera como ciclista profesional”.

Pero esa no era su primera vez en el país de los ‘escarabajos’. En 2005 debutó en la Vuelta a Colombia con la Selección de Bolivia y desde allí nació un sueño por ser el campeón de una de las competencias más exigentes del ciclismo nacional, “fue una carrera donde sufrí mucho, el nivel era muy alto, apenas tenía 20 años y era mi primera vuelta de 15 días. Me quedó el bonito recuerdo que la logré finalizarla y terminé dentro de los 50 primeros, eso para mí fue un gran logro”.

Pero con el EBSA no fue fácil establecerse. Aunque disputó la Vuelta de la Juventud, el Clásico RCN y la Vuelta a Colombia, siempre fue gregario pero sus aspiraciones iban más alto, no obstante aprendió que haciendo el trabajo de hormiga podía llegar lejos “cuando corríamos con los elite tenía que trabajar como peón, como decimos en el pelotón. Sin embargo me sentía tranquilo de ayudar a los demás compañeros y, de paso, a Libardo”, y con ese aprendizaje regresó a Bolivia en 2009.

Los frutos de su trabajo realizado en Colombia no iban a demorar. En ese año que volvió a su país natal ganó el oro en los Juegos Bolivarianos y un año más tarde se coronó campeón de la Vuelta a Bolivia. Ese fue el momento donde el Movistar Team América posó sus ojos sobre el pedalista, pero de entrada nada fue fácil para el último campeón del Clásico RCN, “al principio mi participación en Movistar estaba cuestionada porque esta empresa no tiene presencia en Bolivia, los organizadores dudaron en patrocinar a un ciclista de un país que no está dentro de su cobertura, pero se acordó una especie de prueba por un año para ver resultados. Luego mi desempeño fue bueno y ya llevo cinco años en el equipo”.

Ahora su anhelo es ganar la Vuelta a Colombia, en 2014 fue séptimo a 1 minuto, 59 segundos de Óscar Sevilla. Pero al español, que es su rival a vencer en este 2015, lo derrotó en el último Clásico RCN sacándole una ventaja de 2 minutos 50 segundos, “es un pedalista muy fuerte. Trabaja duro para sacar diferencias, por eso es que nosotros también nos preparamos. Hay que demolerlo para que no llegue bien a la etapa final”.

Para lograr ese sueño el boliviano se ha preparado de la mejor manera, aunque tuvo algunos quebrantos de salud, los dejó atrás, y se vio con mucha confianza en la Vuelta a Cundinamarca donde ganó una etapa, “me sentí muy bien en esa competencia, después hice la Vuelta a Santander y también tuve un buen desempeño, así que creo que vamos por muy buen camino”, dice con entusiasmo el pedalista que quiere ser el primer boliviano en ganar la Vuelta a Colombia. “Después de eso sólo me quedaría competir en un equipo en Europa, lo cuál sería magnífico para mí y para mi país”, finalizó.