El ganador del Clásico RCN: Álex Cano, el campeón que se alista para ser técnico UCI

Llevaba muchos subcampeonatos y varios podios. Tras una larga espera, el antioqueño por fin conquistó el título de una grande. Ganó el Clásico RCN. La clave fue dejar de ser esclavo de los resultados y enfocarse en disfrutar del ciclismo.

Thomas Blanco Lineros- @thomblalin (Enviado especial Medellín)
01 de octubre de 2018 - 03:16 a. m.
Alex Cano, campeón del Clásico RCN 2018. / Cortesía
Alex Cano, campeón del Clásico RCN 2018. / Cortesía

“He aprendido que el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada”, firma el escritor y ventrílocuo mexicano Johnny Welch. Frase quirúrgica que describe la filosofía de vida de Álex Cano, el nuevo campeón del Clásico RCN.

Dos subcampeonatos de Vuelta a Colombia, otros dos del Clásico RCN. Varios podios. No tenía ningún título en una grande del ciclismo colombiano. El antioqueño de 35 años está dando sus últimos pedalazos como profesional. No sabe cuándo, pero es consciente de que el momento del adiós está cerca. Rasguñó la cima por muchos años y la vida se lo debía: no podía irse con las manos vacías.

Pero la verdad es que le importaba un carajo. Esa preocupación se la dejaba al periodismo, a sus colegas, técnicos, en fin. Él tenía otra lectura: llegó el momento en el que entendió que no podía ser esclavo de los resultados. Su propósito transitó sobre la misma órbita: disfrutar. Porque la verdadera felicidad estuvo en subir la escarpada.

“No podía obsesionarme. Duré muchos años estando cerca y entendí que lo más lindo es el proceso. Tengo que decir que ésta no es una alegría superior o inferior a cuando he sido segundo o tercero. O hasta cuando fui un actor de reparto siendo gregario. Todas fueron vivencias únicas y traen el verdadero premio gordo de lo que me dejó el ciclismo: amigos, recuerdos y darle cosas lindas a mi familia. Del campeón no se acuerda nadie, el triunfo es pasajero. Lo que de verdad trasciende son las experiencias duras y bonitas que lo hicieron a uno crecer como persona”, apuntó el mejor pedalista de los 1.264 kilómetros repartidos en las diez etapas de la carrera que pasó por las principales carreteras del país.

Seguirá vinculado al ciclismo. Arrancó en 2017 el curso de técnico nivel tres —el más alto— de la Unión Ciclística Internacional (UCI). Quiere ser director. “Todavía tengo la tesis embolatada (risas). Ya acabé materias: unas cosas las hice en los tres meses que estuve en Madrid (España) y otras por internet. Mi propósito es entregarme y darle mis conocimientos al ciclismo”. Actualmente solo dos colombianos tienen esta credencial: Luis Fernando Saldarriaga y Óscar de Jesús Vargas, directores técnicos del equipo continental colombiano Manzana Postobón.

¿Su práctica profesional? La hará en octubre en la Vuelta a Colombia Femenina, como asistente técnico del Coldeportes Zenú, su escuadra actual. “Hicimos una alianza estratégica con Álex: va a transmitirles a las niñas sus experiencias y él a su vez va a sacar adelante el requisito que le exige la Real Federación Española”, dice Jorge Arbeláez, su director técnico. “Es alguien con una calidad humana impresionante, líder, y un ejemplo para los demás corredores. Se merece lo que está viviendo”, agregó de quien espera que sea uno de los pioneros en la aplicación de la ciencia del deporte en el ciclismo colombiano, junto a Saldarriaga.

Para Cano, todo empezó en Yarumal (Antioquia). Su primo, el reconocido ciclista Mauricio Ardila, quien tiene cuatro años más que él y participó en 14 grandes vueltas (Giro de Italia, Tour de Francia y Vuelta a España), fue quien le dio su primera bicicleta. Porque el ciclismo no es un deporte fácil de costear. Por las mañanas iba al colegio, por la tarde cuidaba marranos y cargaba mercados. Guillermo Cano, su padre, nunca dejó que le faltara el plato en la mesa y se preocupó sin descanso por darle los elementos para que pudiera entrenar.

En plena secundaria conoció al amor de su vida: Gloria Velásquez, una ingeniera química con la que lleva 11 años de casado. Ella sale por las mañanas en el carro a entrenar por los municipios del país. “Se me quiebra la voz cuando veo que gracias al ciclismo les di estudio en la universidad a mis hermanos y una casa a mis padres”, dice.

El título del Clásico RCN se lo dedica a Jaime Mira Velásquez, conocido como el Padre Mira, un dirigente del ciclismo que falleció el pasado 27 de julio por un cáncer. Un hombre que cambió la sotana con la que ejerció por 14 años en las iglesias por las bicicletas. “Hace poco se nos fue el viejo. Lo queremos muchísimo, le dio muchas cosas al ciclismo antioqueño. Ojalá este homenaje hubiera sido en vida”. Mira fue quien llevó a Cano a su primer equipo, el Orgullo Paisa.

En el Clásico RCN se percibió un viento a favor de Álex Cano. Varios equipos y corredores respaldaron moralmente al antioqueño. Le hicieron fuerza para que se llevara el título. Creen que se lo merecía más que nadie. Por la persona y el profesional que es. “Esas son las cosas que a uno lo llenan. En este trabajo hay hipocresía y envidias, normal. Pero aquí no ha habido ni una sola persona del pelotón o periodista que no me haya dado una mano o abrazo manifestándome su apoyo. Todo ha sido muy sincero”, dice quien superó en el podio a Edward Beltrán (EPM) y Didier Chaparro (Supergiros), segundo y tercero respectivamente.

Se cierra el telón del Clásico RCN, en palabras de varios expertos, el más exigente de toda la historia. Que contó por primera vez en pleno con los cuatro míticos ascensos de fuera de categoría de La Línea, el Salto del Tequendama, el Páramo de Letras y el Alto de Minas. La genuina felicidad de Álex Cano de subir su escarpada. Ahora seguirá escalándola como técnico. 

Por Thomas Blanco Lineros- @thomblalin (Enviado especial Medellín)

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