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Es posible que en la historia de las tres grandes Vueltas del Calendario Ciclístico nunca se ha llegado al día del inicio, con tantas incertidumbres e inquietudes como en este Giro de Italia 2.018. Los especialistas europeos están divididos sobre los nombres de los ciclistas que van a llegar al Podio de Roma –que son pocos por cierto-, la actuación del tetracampeón del Tour, Christopher Froome rondará como una sombra que provocará toda clase de comentarios, mucho más si se tiene en cuenta que la primavera afecta más a los asmáticos y todo esto pasará en la más loca de las grandes Vueltas por etapas. (Lea también: Froome y Dumoulin, el duelo estelar en el Giro de Italia)
El Giro no ha sido nunca la carrera más dura y más seguida por los aficionados pues la supera el Tour, que se realiza en época de vacaciones y en verano, lleva millones a las carreteras y provoca una conmoción mundial. Pero el Giro, especialmente en los últimos años, ha sido casi incontrolable por lo que los corredores del Sky, o del equipo que tome el liderato se van a ver a gatas para responder los interminables ataques que allí se presentan, uno tras otro y en los momentos más inesperados. Hay que recordar que los equipos tienen este año un hombre menos. Pero la pasión de los aficionados italianos por el ciclismo es tan grande que impulsa a cometer toda clase de locuras.
Para muchos esta es la más bonita de las tres Grandes y en esta ocasión tiene todas las características para considerla así: por primera vez en la historia una competencia de esta magnitud tendrá sus tres primeras etapas fuera de Europa, en ese Israel exótico al que de ordinario sólo van peregrinos de las religiones monoteístas. Tendrá un recorrido bastante equilibrado, con cronómetros, jornadas para los embaladores y ocho llegadas en montaña, algunas de ellas de dureza excepcional. Es una carrera nerviosa, por escenarios espectaculares que muestran el ingenio de los arquitectos italianos que las colmaron de túneles y de puentes asombrosos.
Como primer candidato al título aparece Froome, quien ha prometido ganarla a pesar de la sombra que pesa sobre él por el uso, en cantidades no permitidas, de un antiasmático en la Vuelta a España y la tardanza de las autoridades en resolver el caso. La presión que tendrá será inmensa porque se le seguirá al milímetro y usando los más modernos equipos para controlar cualquier irregularidad. Además corre el riesgo de que en su intento repita la historia de Nairo Quintana el año pasado quien por buscar la rosada y la amarilla se quedó sin el pan y sin el queso.
Dos de sus rivales parecen los más fuertes en el pelotón: el campeón del año pasado, el holandés Tom Dumoulin quien promete repetir y el francés Thibaut Pinot quien se ha victo muy fuerte en las últimas semanas. Ya con menos posibilidades se habla del irregular Fabio Aru y de los colombianos Miguel Angel López y Esteban Chaves.
De los tres líderes de equipo de nuestro país también nos surgen incertidumbres. Chaves ha pasado casi desapercibido en la temporada, quizás trabajando silenciosamente con la mira en esta carrera, de la que fue subcampeón hace dos años mientras que López, como indiscutible líder del Astana ha figurado con frecuencia entre los mejores, especialmente en el terreno de ascenso. Ojalá estén en la mejor forma para batallar por el título o al menos para que estén al lado de los más duros. Carlos Betancur quien será el jefe de filas de un Movistar paupérrimo, no parece dar la talla pero hay que recordar que en su hoja de vida tiene un triunfo inesperado en la París-Niza. Sergio Luis Henao estará en el apoyo a Froome, Jarlinson Pantano del Trek y Darwinson Atapuma del Team Emirates irán como siempre por triunfos de etapa y Rodolfo Torres del Androni, será un gregario más del Androni.
Que habrá batalla sin cuartel desde el primer día no hay duda, que las sorpresas van a llegar en cada jornada podemos asegurarlo. Vamos a ver ciclismo apasionante y alegre, luchas titánicas y resultados inimaginables.