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El problema de una caída en el ciclismo no es lo que se siente en el momento sino lo que viene después, cuando el cuerpo se enfría, cuando los dolores aparecer y los raspones incomodan para pedalear. Eso le está pasando a Fernando Gaviria en esta Vuelta a España. El antioqueño se fue al piso en la contrarreloj individual y ahora está sufriendo las consecuencias del golpe.
Este lunes, en la tercera etapa, en la que debió estar adelante y pelear por el triunfo en una llegada de embalaje (el ganador fue Sam Bennett), Fernando llegó en la casilla 164, pues faltando 25 kilómetros para la meta se quedó, y le costó seguir el ritmo del pelotón. Y por eso Sergio Luis Henao tuvo que quedarse a darle una mano y ayudar a que la pérdida no fuera peor.
“Es normal que el lote apriete y más cuando saben que uno que va a pelear la etapa o la general flaquea. Esta vez me sentí muy mal y no pude ubicarme adelante”, confesó el nacido en La Ceja tras culminar a cuatro minutos y 12 segundos del vencedor.
Si bien es claro que perder tiempo no es importante para Gaviria, pues el ciclista del UAE Emirates tiene otros objetivos, las molestias físicas sí, pues no lo dejan trabajar con calma al momento de estar adelante, sobre todo durante los trayectos porque antes de acelerar en la meta hay que sortear el recorrido y todo lo que este implica.
Por ahora, aunque se especula sobre su retiro, Fernando es claro: “seguiré lo más que pueda, pero tengo que decir que no me siento bien”.
Este martes será la cuarta etapa de 175.5 km en el que de nuevo habrá una llegada masiva. Eso sí, primero hay que subir a un premio de tercera categoría, agónico en las condiciones que está Fernando.