Froome los acabó a todos

A dos días del final, el surafricano Chris Froome, se convirtió en el nuevo líder del Giro tras una etapa de leyenda.

Rafael Mendoza
25 de mayo de 2018 - 10:00 p. m.
Chris Froome, ciclista del Sky.  / AFP
Chris Froome, ciclista del Sky. / AFP

Hay que volver los ojos a las décadas del 50 y el 60 para encontrar algo parecido a lo que se vivió este viernes en el Giro de Italia cuando un Froome desbocado, que ya había machacado a Simon Yates en los primeros kilómetros del ascenso al Colle della Finisterre decidió marcharse en solitario, a 80 kilómetros de la llegada, del grupo donde marchaba Tom Dumoulin, que era en ese momento un líder sólido con 3.20s, de ventaja, al que parecía era imposible destronar. Pero el campeón de los últimos cuatro Tours de Francia tenía la firme intención de vencer o morir y con su estilo desarmado fue aumentando segundos a un rival que tuvo que afrontar también en solitario la persecución porque el francés Pinot, que ahora aspira únicamente al podio y los suramericanos Carapaz y López no estaban interesados en colaborarle pues su batalla era otra: esperar los últimos kilómetros para definir quién va portar la camiseta del mejor joven en Roma.

Lo que hizo el líder del Sky dejó muy atrás etapas de leyenda que protagonizaron, tanto en el Tour de Francia como en el Giro de Italia y en La Vuelta a España, corredores como Fausto Coppi, Eddy Merckx, Luis Ocaña y en tiempos más recientes Alberto Contador. Con el ritmo endemoniado de su pedaleo bien rotado y su ansia de borrar en la carretera de un plumazo el positivo en el que está metido fue aumentando lentamente su ventaja, segundo a segundo.

Al ver su proeza y así mismo al considerar la resurrección de su equipo, con corredores que en etapas pasadas perdían la rueda del lote muy pronto pero que ayer se encargaron de mandar al olvido al hasta entonces líder Simon Yates, y de dejar sin posibilidad de reacción a sus encopetados rivales uno se pregunta qué tiene el equipo Sky para ganar con una facilidad sorprendente que hace que se lo considere el mejor del mundo: para algunos una planificación impresionante hasta de los detalles mínimos, para otros el aprovechamiento de alta tecnología gracias a su desbordado presupuesto o el uso de medicina deportiva de última generación.

Por ahora quedamos admirados con la hazaña que escribió en carreteras y caminos alpinos el nuevo líder pero no podemos dejar de pensar que todo esto puede quedar vuelto cenizas y pasará al olvido si la decisión sobre su positivo en la Vuelta a España lo condena. Así lo asegura el periodista de AS J.A. Ezquerro quien señala: “lástima que semejante ejercicio de valentía y autoridad se vea empañado por la provisionalidad de sus resultados. Con su positivo por salbutanol en la Vuelta de 2017 pendiente de resolución (se trata de una sustancia específica que no conlleva suspensión cautelar), sus triunfos en el Zoncolam y en Bardoneccia dependen de si recibe sanción o no”.

Capítulo aparte merece el cerrado duelo que libran el colombiano Miguel Angel López y el ecuatoriano Richard Carapaz quienes ayer se metieron entre los cinco primeros de la clasificación general, (ahora son cuarto y quinto) que era uno de sus objetivos. Les queda un día de batallar por la camiseta blanca en la etapa de este sábado, muy larga y muy dura. Los primeros 146 kilómetros son casi llanos pero desde allí se tendrán que enfrentar tres premios de primera categoría que pueden traer nuevas sorpresas en este Giro incomprensible pero fenomenal. Los 40 segundos que separan a Froome de Dumoulin -que pueden ser nada o también una eternidad- permiten esperar nuevas emociones en el capítulo final de la carrera.

Por Rafael Mendoza

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