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Cuando Iván Sosa ganó la Vuelta a Burgos este año, superando a corredores más experimentados, como el español David de la Cruz, su compatriota Miguel Ángel López y el británico Tao Geoghegan Hart, entre otros, lo primero que llamó la atención del lote internacional, además de su capacidad para subir en pendientes cortas y explosivas, al igual que en las largas y desgastantes, fue su edad: 20 años. El colombiano no solo se impuso en una de las pruebas más importantes de España, sino que lo hizo en un momento en el que, por lo general , un ciclista hasta ahora está dando sus primeros pasos en el World Tour.
Para que usted se haga una idea: Nairo Quintana se impuso por primera vez en esta misma carrera con 23 años, mientras que Alberto Contador lo hizo a los 34. Pero vamos más atrás, al 2007, cuando se consagró Mauricio Soler, de 24 años, tres temporadas después de que lo hiciera Alejandro Valverde con la misma edad. Incluso Mikel Landa, que fue el mejor en 2017, lo hizo cuando tenía 28. En otras palabras, una victoria prematura que se solidifica por el talento que tiene el nacido en Pasca (Cundinamarca), quien además ganó la Adriática Ionica, en Italia, el Tour de Sibiu, en Rumania, y el Tour de Bihor, sin contar el sexto puesto en el Tour de l’Avenir.
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Buenos resultados para el pedalista que en el Tour de los Alpes dejó regado en un premio de montaña al mismísimo Chris Froome, que se limitó a seguirlo con la mirada mientras observaba su potenciómetro para estimar la cadencia y el ritmo que llevaba el colombiano, quien, como si tuviera un cambio más en su motor, lo superó con mucha facilidad. Esa muestra de inteligencia para correr hizo que el Trek le ofreciera un contrato para 2019 y que el poderoso Sky soltara una contraoferta para quitárselo a la escuadra estadounidense (en agosto se dijo que había firmado, pero después Giuseppe Acquadro, agente del deportista, lo negó).
Iván Ramiro, que se llama así por la admiración de su papá por Iván Parra, hermano menor de Fabio Parra, no se ha pronunciado al respecto y deja que esas cosas las manejen las personas indicadas mientras él se limita a pedalear. Es cierto que el Sky ya se quedó con Egan Bernal, pero ahora quiere que Sosa se vista con sus colores para garantizar el relevo generacional de un Froome que, aunque no ha hablado de su retiro, ha dado pistas de que le quedan unas cuantas temporadas más.
“La primera vez que lo vi quedé impresionado. No es la manera en la que sube, sino la tranquilidad y calma con que lo hace. No se ve agotado, tampoco ansioso, y si le arrancan él responde. Pero cuando él se va, pocos le cogen la rueda”, dijo Carlos Mario Jaramillo, seleccionador nacional y quien lo conoce muy bien, pues compartió con él durante la carrera juvenil más importante del mundo en agosto de este año. Sosa, que ha sido comparado con Luis Herrera por su manera de atacar y de montar bicicleta (el primero es de Pasca y el segundo de Fusagasugá, municipios que quedan a 11 kilómetros), hasta ahora comienza la que puede ser una carrera prometedora y que, por su juventud, podría durar muchos años, pasando de ser promesa a referente.
Iván Sosa es uno de los nominados como deportista revelación en la versión 58 del Deportista del Año de El Espectador y Movistar, que se realizará el lunes 3 de diciembre en Connecta en Bogotá. Otorgaremos premios en las categorías Mayores y Juvenil, Mejor Técnico, Mejor Equipo y Dirigente, así como Revelación, Vida y Obra, y el más importante para nuestra casa editorial: el Juego Limpio Guillermo Cano.