Jonathan Caicedo y su revancha en la Vuelta a Colombia

El ciclista ecuatoriano se convirtió en el primer corredor de ese país en ganar esta prueba. Su futuro estaría con el equipo Astana de Miguel Ángel López.

Carlos Andrés Montes- Enviado Especial Medellín
20 de agosto de 2018 - 03:00 a. m.
El ecuatoriano asumió el liderato desde la cuarta etapa que terminó en Ibagué. / Cristian Garavito
El ecuatoriano asumió el liderato desde la cuarta etapa que terminó en Ibagué. / Cristian Garavito

Jonathan Caicedo es un hijo de la cuna del ciclismo ecuatoriano. Nació en la provincia del Carchi, un pueblo que queda a 180 kilómetros de Quito y que por su altura, su clima y su gente respira este deporte las 24 horas del día. Desde que inició su actividad, muy niño, ha tenido una amistad, que hoy mantiene, con su compatriota Richard Carapaz, quien a la vez es compañero de filas de Nairo Quintana en el Movistar. Con él empezó a entrenar a los 15 años, con él comenzó el sueño de correr en las grandes carreteras europeas. Carapaz ya lo hizo, en parte porque ganó la Vuelta de la Juventud en 2015 y así consiguió llamar la atención de la escuadra española. Por eso, Caicedo siguió su ejemplo. Ayer, en Medellín, consiguió ser el primer ecuatoriano en la historia en ganar la Vuelta a Colombia.

“Carapaz vino a hacer su historia. Yo ahora estoy haciendo la mía”, aseguró Caicedo al terminar la cuarta etapa de la carrera, la cual culminó en Ibagué y en la que se puso la camiseta de líder para no quitársela más luego del alto de La Línea, uno de los más exigentes del país. Caicedo quiso ser un campeón con argumentos y por eso, tanto en el ascenso al alto de El Picacho, como en la contrarreloj individual de Paipa a Tunja, se supo defender y mantuvo una camisa cuya única real amenaza fue el antioqueño Juan Pablo Suárez, quien al final quedó a 41 segundos tras el circuito en la capital antioqueña.

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El Cubanito, como lo llamaron cuando comenzó a correr en el Coraje Carchense, club de la región en la que nació hace 25 años, comenzó a figurar en Colombia en 2012, cuando quedó tercero de una Vuelta del Porvenir. Tres años después ganó una etapa de la Vuelta de la Juventud y en 2016 fue el campeón en el Panamericano de Ruta que se disputó en San Cristóbal (Venezuela). Esa misma temporada se quedó con la Clásica Luis Carlos Galán, en Soacha, y también triunfó en el Tour de Perú.

Su historia en vueltas a Colombia la escribió por primera vez en 2017. En esa edición, Caicedo fue cuarto, por detrás de Aristóbulo Cala, quien fue el campeón y su compañero de equipo en el Bicicletas Strongman, y de Álex Cano (Coldeportes Zenú) y Suárez (EPM-Scott), segundo y tercero respectivamente.

Todavía no es un palmarés muy extenso, pero sí la muestra de los años de sacrificio, de entregar todo para ir ganando de a poco. Para él no ha sido fácil obtener el respeto en el lote nacional, que lo miren de otra manera, que sepan que tiene capacidades para este deporte. De hecho, antes de iniciar la edición número 68 de esta Vuelta a Colombia, el líder de su equipo, el Team Medellín, era el español Óscar Sevilla, pero la carretera le fue dando ese puesto, así como sus pedalazos. También hubo voces que decían que el ecuatoriano iba a sufrir en la contrarreloj, algo que no ocurrió. Ese día tuvo el mejor tiempo de los líderes y quedó tercero en la etapa.

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A pesar de la alegría de ser campeón de una Vuelta a Colombia, sus inicios no fueron nada fáciles. En el equipo del Carchi, Jonathan siempre tuvo su lugar garantizado, pero en 2014 quiso dar el gran salto. El Movistar decidió crear una escuadra en Ecuador y lo contrató. Con el poderoso combinado español conoció las carreteras europeas, cumplió su sueño y llenó de orgullo a su familia. Pero por problemas administrativos y financieros la escuadra se acabó y Caicedo quedó a la deriva. Sin sueldo, sin liquidación y sin ganas de seguir en el ciclismo, volvió a su país. Allí comenzó a estudiar ingeniería agrónoma, hizo dos semestres completos y gracias a sus buenas calificaciones recibió una beca. Aun así, con el camino del éxito trazado en el mundo académico, se la jugó una vez más por la bicicleta.

Entendió que tenía que ser un buen gregario antes de ganar el puesto de líder de filas, y entendiendo que esa premisa le ayudó a Carapaz a ganar la Vuelta de la Juventud, participó en la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN, en el que también fue cuarto. Y eso que tuvo varios percances. Como en los recientes Juegos Bolivarianos de Santa Marta, cuando le dio por salir a tomar cerveza con otros compañeros y fue expulsado de la delegación. Un error que comete cualquiera y que ha sabido enmendar haciendo bien su trabajo. Prueba de ello es el título en Colombia.

En su entorno se asegura que tendría todo arreglado con el equipo Astana para competir el próximo año y así lograr llegar al World Tour, el anhelo de todo aquel que se inicia en este deporte. “Cuando uno se junta con gente buena, termina volviéndose bueno”, concluyó el hombre que ya está en la historia de la prueba más importante de nuestro país.

Por Carlos Andrés Montes- Enviado Especial Medellín

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