Juliana Gaviria: “Los sueños no tienen fecha de caducidad”

La pistera antioqueña de 29 años de edad asegura que todavía tiene cuerda para rato. Tomó un nuevo aire tras el nacimiento de su hijo Maximiliano. Por estos días de aislamiento entrena en casa, en el municipio de La Ceja. Dice que su hermano Fernando, el velocista del equipo UAE, está bien, sin síntomas de coronavirus.

Redacción deportes
26 de marzo de 2020 - 04:55 p. m.
La ciclista antioqueña Juliana Gaviria, múltiple medallista internacional. / COC
La ciclista antioqueña Juliana Gaviria, múltiple medallista internacional. / COC

Como todos los deportistas de élite del país, la ciclista Juliana Gaviria cumple por estos días la medida de aislamiento que exige el gobierno. Está en La Ceja (Antioquia), en compañía de su familia. El único ausente es su hermano Fernando, quien este jueves fue dado de alta del hotel en el que hacía cuarentena en Emiratos Árabes, tras haber dado positivo por coronavirus hace ya un mes. 

“La situación ha sido un poco complicada, porque uno no está acostumbrado a estar encerrado en casa. Hay que tener conciencia y seguir las recomendaciones. Hay muchas personas saliendo a la calle como si nada. Uno piensa que nunca le va a llegar a uno, pero cualquier persona está expuesta a esto. Puede ser el más rico o el más aliviado, pero todo podemos estar en esta situación. Le pido a Dios que nos cuide mucho”, dice conmovida Juliana con respecto a la pandemia que ha generado una emergencia sanitaria sin precedentes.

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Múltiple medallista en eventos nacionales e internacionales de pista desde 2010, Juliana ha sido especialista en las pruebas de la velocidad y el keirin. Es considerada, al lado de Martha Bayona y Diana García, una de las mejores ciclistas de la última década en el país. Y eso que hace un par de años se alejó temporalmente del deporte para tener a su hijo Maximiliano, producto de su matrimonio con el campeón mundial Fabián Puerta.

Cuando nació, Juliana tenía prácticamente definido dejar el ciclismo, para dedicarse de lleno a su bebé, pero apenas lo tuvo entre brazos y lo pegó a su pecho, entendió que debía seguir para demostrarle que los sueños se podían cumplir.  “Maximiliano me dio un plus, una motivación que necesitaba. Me hace un poco más fuerte. Siento con muchísimas más ganas mi deporte. Me llena totalmente y es lo mejor que me ha pasado en la vida”, asegura en una charla promovida por la oficina de prensa de la Federación Colombiana de Ciclismo.

Admite que ahora le cuesta separarse de él cuando tiene algún evento. "Es un poco difícil retomar las competencias fuera de casa, porque uno siempre quiere estar con él, pero es un paso que se debe dar. Hay que aprender a ser deportista y madre al mismo tiempo. Hay que seguir trabajando para representar al país, aunque fue complicado retomar y  no sentirte igual, con el mismo rendimiento”, dice.

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Sobre Fernando, embalador del equipo UAE, cuanta que “ahora mismo nos comunicamos a diario con él . Lo ha llevado bien, la mayor complicación ha sido no poder entrenar, como lo hacemos  nosotros en casa.  Hay que esperar y tener paciencia. Él se encuentra muy bien, estable. No tiene ningún síntoma y eso nos tranquiliza”.

Juliana reconoce que extraña mucho a su hermano, con quien tienen carreras paralelas. Ambos comenzaron en el patinaje, por recomendación de su padre, pero después se dejaron seducir por las  pistas y han compartido muchas participaciones internacionales con la selección de Colombia. “En una concentración Fernando me corrige mucho, siempre hemos tratado de separar lo familiar y lo profesional. Aunque sabemos que siempre habrá  apoyo mutuo, estando donde sea, siempre estamos juntos, porque el amor que nos tenemos es muy grande. Uno siempre va a ser hermano. Él me ha enseñado mucho. Su mentalidad es una cosa de locos. Es una persona que admiro demasiado, es un ser que vale muchísimo, aunque sea menor, es un hombre con la cabeza bien plantada”.

A punto de cumplir 29 años de edad, Juliana Gaviria cree que todavía tiene cuerda para rato y es fiel a uno de sus lemas: “Los sueños no tienen fecha de caducidad”. Sin embargo, advierte que es reconfortante ver a “las niñas de la nueva generación. Ya estuve en un Panamericano compartiendo con ellas, tienen un alto nivel. Admiro mucho su fuerza, su tenacidad y su amor”.

Por Redacción deportes

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