La perseverancia de "Perico" Delgado para ganar el Tour de Francia
El español, quien tuvo una ruta muy empedrada para ganar la carrera por etapas más importante del mundo, nunca perdió la esperanza. Este miércoles celebra su cumpleaños 60 en medio de los recuerdos de sus gestas.
Redacción deportes
El camino de Pedro Perico Delgado para ganar el Tour de Francia fue rocoso. El premio a su resistencia llegó luego de superar adversidades y mostrar la mejor versión de sí mismo.
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El camino de Pedro Perico Delgado para ganar el Tour de Francia fue rocoso. El premio a su resistencia llegó luego de superar adversidades y mostrar la mejor versión de sí mismo.
Al igual que Nairo Quintana (1,67 metros de estatura), el español no fue el ciclista con el mejor biotipo (1,71 m). Su talón de Aquiles también fueron las pruebas contra el reloj, a pesar de ser talentoso en la montaña y en los descensos. Una historia similar a la que ha vivido el boyacense en los últimos años, que el jefe de filas del Movistar espera calcar tras cinco intentos fallidos en la ronda gala.
Perico, luego de muchos vaivenes, se coronó campeón del Tour de Francia 1988. Su primera participación fue en la edición de 1983, pero una indigestión le hizo perder más de 25 minutos en la etapa 18. Se fue a regañadientes, pero con la certeza de que tenía la madera para seguir intentándolo.
Regresó un año después y la primera etapa lo recibió con una caída. No se dio por vencido y unos días después, cuando ya estaba en los primeros puestos de la clasificación general, en un descenso en los Alpes, de nuevo se fue al suelo, se rompió la clavícula y quedó fuera.
En 1985, entre la contrarreloj por equipos y la individual perdió 11 minutos con respecto al líder, Bernard Hinault. Recuperó el terreno perdido en la montaña, ganó su primera etapa en la competencia de ciclismo más importante del mundo, pero volvió a enfermarse y culminó en la sexta casilla de la clasificación general. El sueño de pararse en lo más alto del podio volvió a irse al carajo. El mensaje era claro: había que reinventarse en las fracciones llanas contra el cronómetro.
Y siguió. En 1986, cuando tenía la ilusión de lograr por fin el objetivo, en la quinta etapa recibió una noticia que le partió la vida en dos: la muerte de su madre por un derrame cerebral. Al día siguiente estuvo en la salida, pero unos kilómetros después no tuvo más fuerzas para seguir. Y en 1987, en la penúltima etapa perdió el liderato con el irlandés Stephen Roche, quien siempre respondió los ataques del segoviano. Fue segundo: tan cerca, pero a la vez tan lejos.
En la edición de 1988 por fin se cumplió el sueño. Fue imperial en las pruebas contra el reloj y venció a dos temerarios rivales: los colombianos Lucho Herrera y Fabio Parra, quien terminó tercero en la clasificación general. Fue un triunfo escandaloso debido a las acusaciones de un supuesto positivo de probenecida, un diurético. Delgado dijo que era una sustancia que consumió para no retener líquidos en la contrarreloj y finalmente ganó “legalmente” la ronda gala. Nada dañó la celebración, que fue apoteósica, tanto que botó la camiseta amarilla de campeón.