La sonrisa de Miguel Ángel “Supermán” López

El pedalista colombiano resistió los ataques de Nairo Quintana y Adam Yates para conservar el liderato de la ronda catalana. Es su tercer triunfo en competencias del World Tour.

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Jesús de La Hoz
01 de abril de 2019 - 11:18 a. m.
Miguel Ángel López logró el título de la Vuelta a Cataluña.  / EFE
Miguel Ángel López logró el título de la Vuelta a Cataluña. / EFE
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La Vuelta a Cataluña concluyó con una maravillosa etapa en un circuito en Montjuic (Barcelona), con ocho pasos sobre sus cortas pero exigentes rampas, en las que Miguel Ángel López se ganó a pulso su segundo título de la temporada y el tercero en su carrera profesional en carreras del World Tour. El colombiano sacó a relucir su calidad. Estuvo inmenso al defenderse de los ataques insistentes de sus contendientes al título, como Nairo Quintana y Adam Yates.

El ciclista británico, que se ubicaba en la segunda posición en la clasificación general, a 14 segundos del boyacense, a falta de 22 kilómetros revolcó la competencia con un arranque junto con su hermano, Simon. Los pedalistas del Michelton Scott, siempre con la idea de acabar con el dominio colombiano, llegaron a sacar medio minuto al grupo del líder. Lo que dejaba a Adam Yates como número uno virtual de la competencia.

Sin embargo, Miguel Ángel López reaccionó impulsado siempre por sus más grandes características: potencia, empuje y brío. Y no fue el único del grupo que se sublevó, también lo hicieron Alejandro Valverde y Nairo Quintana. Pero la sangre fría y la inteligencia de López lo llevaron a leer de buena manera la etapa y solo se desgastó y tiró cuando sus compañeros de equipo no pudieron más. Una gestión de fuerzas y de nervios que le acabó dando la victoria final en Cataluña.

Ese tesón lo ha tenido siempre. Miguel Ángel López es alguien que nunca se da por vencido y eso quedó demostrado desde el inicio de su carrera en 2011. En Sogamoso creció la leyenda de Supermán: un joven que se enfrentó a dos ladrones que lo abordaron con arma blanca en la carrera 11 con calle 1ª. Su reacción fue luchar. Enfrentó a ambos y le quitó el arma a uno. Pero lamentablemente el otro le metió tres puñaladas en la pierna derecha. Logró salvar su bicicleta y por fortuna no hubo consecuencias graves.

La fortaleza es sinónimo de su figura y la competitividad lo ha acompañado en cada presentación desde siempre. Eso lo llevó a convertirse en ciclista profesional. Un día de marzo se realizó una prueba para aficionados. Era una cronoescalada a Crucero, esa pendiente que serpentea por las montañas boyacenses y cuyo ascenso empieza cerca de Sogamoso. Ahí estaba Miguel, con las ganas de llevarse todo brillando en sus ojos. Aprovechó ese examen para demostrar lo que había aprendido en los diez kilómetros que recorría a diario desde su casa al colegio (de bajada en la ida; el problema era de regreso, cuando tenía que ascender). Su demostración fue majestuosa. Tanto así que llamó la atención de Rafael Acevedo, quien se convirtió en su guía.

En 2014 confirmó todo su potencial. Ganó la Vuelta a la Juventud, el Tour de L’Avenir y venció en los sub-23 en todas las carreras en las que compitió, por lo que llegó al Astana, donde lo llevaron sin afanes debido a su juventud. El ciclismo a lo largo de su carrera le ha mostrado que es crudo, pero en 2016 pudo probar algunos sorbos de esa gloria que solo puede sentir un pedalista cuando alza los brazos en meta. El Tour de Langkawi, aunque una caída y una pinchadura le evitaron coronarse campeón, fue un abrebocas. Posteriormente ganó el Tour de Suiza y después la Milán-Tutín.

Pero las caídas siempre han sido su mayor obstáculo. En la Vuelta a España de ese año sufrió un fuerte golpe que lo hizo retirarse de la competencia y luego sufrió una lesión de tibia y peroné que lo obligó a perderse los primeros meses de la temporada ciclística de 2017. Regresó en junio en el GP de Cantón y después en el Tour de Suiza, en el que sufrió un nuevo accidente. Desde entonces se enfocó en preparar la Vuelta a España, en la que quería el desquite. Trabajó mucho para ponerse a punto y los resultados se vieron.

Nuevamente en el ascenso lució imparable. La berraquera que siempre lo ha destacado la demostró en la etapa 15, en la que realizó un ataque de 26,3 kilómetros y logró su segunda victoria en esa carrera. Fue el preámbulo de un gran 2018 en el que terminó en la tercera posición en el Giro de Italia y en la Vuelta a España. Siempre supo levantarse con la cabeza en alto ante los percances y obstáculos que ha vivido a lo largo de su vida. Todos terminaron convirtiéndose en un impulso para mejorar y demostrar que su calidad no es cuestión del azar. En las últimas dos temporadas dejó claro que es uno de los ciclistas importantes a nivel internacional, que maravillan al mundo con su forma atrevida de correr.

Hoy por hoy, Miguel Ángel López lidera una temporada ciclística en la que los colombianos brillan a lo largo y ancho del planeta. Son 23 triunfos los que tiene el país en lo que va del año, en carreteras de Venezuela, Argentina, Colombia, República Dominicana, Emiratos Árabes, Ruanda, Francia, Taiwán y España. El boyacense se coronó en la segunda edición del Tour Colombia y este domingio hizo lo propio en la Vuelta a Cataluña. En ambas también se quedó con el título al mejor joven.

De igual manera, Wínner Anacona y Egan Bernal se quedaron con los máximos honores en una competencia World Tour. El primero lo hizo en el Tour de San Juan y el segundo en la París-Niza. En la última, Nairo Quintana fue segundo y demostró que 2019 puede estar cargado de grandes alegrías gracias a ese ataque notable que realizó en la última etapa para poner en peligro el dominio del Sky y Bernal en la ronda francesa. Esa fracción no le dejó la camiseta amarilla a Quintana, pero sí el aliento de haber revolcado la carrera hasta el final, algo que se le criticaba por no hacerlo en los últimos años.

Bernal también estuvo en el podio de la Vuelta a Cataluña y, junto con Quintana, fue protagonista de esta competencia. El nacido en Bogotá y criado en Zipaquirá demuestra con el paso de las carreras que es uno de los pedalistas más completos a nivel internacional. Responde como gregario, en el plano, en la contrarreloj y en el ascenso. Esto lo ubica como uno de los ciclistas a seguir en el próximo Giro de Italia, en el que estarán corredores de la talla de Tom Dumoulin, Simon Yates, Mikel Landa, Alejandro Valverde y Esteban Chaves.

“Estamos en una época dorada del ciclismo colombiano, con Rigoberto Urán, Nairo Quintana, Egan Bernal y yo, además de otros jóvenes. Creo que hay calidad humana para mucho rato. Colombia se presta para entrenarse bien, tenemos los mejores climas y la altitud”, dijo López, quien de igual manera tiene el Giro de Italia como gran objetivo de la temporada 2019. Quiere dominar allí como ya lo hizo en el 2014 Nairo Quintana. El Giro es la carrera que marca su primer semestre de competencia y su preparación avanza con buen paso. “Vamos por el buen camino con vistas al Giro. Después de Colombia, veníamos de hacer París-Niza, que nos la tomamos con mucha calma, y en Cataluña afrontábamos la carrera concentrados, con un equipo que me ha respaldado. Tenía la tranquilidad de que teníamos fuerzas y que algo podríamos hacer por el título”.

Supermán López voló en Cataluña. Su próximo destino podría ser el Tour de los Alpes y el Tour de Romandía, antes de enfilar baterías hacia la primera grande de la temporada. Con el mismo brío y la misma enjundia espera finalizar su preparación y tomarse así las carreteras italianas, donde aspira convertirse en el segundo colombiano en vestirse al final de la competencia con la maglia rosa.

Por Jesús de La Hoz

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