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Intratable de nuevo, Cavendish, en una llegada en ligero ascenso, en la que desbancó en el último centímetro al alemán Andre Greipel, quien alzó los brazos antes de tiempo. La foto de llegada ratificó al portador del maillot verde, que se queda en el historial a sólo seis victorias de Eddy Merckx.
Una llegada loca, desenfrenada, en la que volvieron a verse frente a frente los galgos del pelotón. Una vez más, Cavendish pudo con la armada alemana. Ni Greipel ni Kittel, a pesar de los esfuerzos del Etixx, evitaron que el triple campeón mundial en pista volviera a sonreír. En año olímpico, el ciclista que un buen día abandonó su trabajo aburrido en un banco para ser profesional demostró que el oro en Río está a su alcance.
Los favoritos pasaron un día tranquilo, “menos en los últimos kilómetros”, como dijo Alberto Contador en meta. Peter Sagan guardó el maillot amarillo, con el francés Julian Alaphilippe a 8 segundos y el español Alejandro Valverde a 10. Dentro del top 10 asoman Chris Froome y Nairo Quintana (ahora sexto en la clasificación general), a 14 segundos, y más alejado Contador, a 1,02 minutos.
Como balance del trabajo del ciclista boyacense, en la tercera etapa del Tour de 2015 el líder del equipo Movistar ya perdía 1,56 minutos con Froome. Hoy están con el mismo tiempo.
Fue un día largo, pero propicio para Alberto Contador, ya que el madrileño, maltrecho y dañado en la general, precisa de una tregua para sus huesos después de dos batacazos consecutivos: “Sólo puedo ir a mejor a partir de ahora, porque si voy a peor me tengo que ir a casa”.
Hoy se disputa la cuarta etapa, entre las localidades de Saumur y Limoges, sobre 237,5 kilómetros, la más larga de la presente edición del Tour de Francia, con una sola dificultad de cuarta categoría y propicia para los velocistas del pelotón.