Miguel Ángel Rubiano, el ciclista que le dijo “no” al llanto de su madre

Cuando era niño y vivía en Ciudad Bolívar, este bogotano de 32 años sufrió una caída que lo dejó inconsciente e impulsó sus sueños deportivos. Uno de ellos se hizo realidad en el Giro de Italia.

Sebastián Arenas - @SebasArenas10 / Enviado especial Pereira
23 de septiembre de 2017 - 02:27 p. m.
Miguel Ángel Rubiano, ciclista del Coldeportes Zenú Claro / Prensa oficial
Miguel Ángel Rubiano, ciclista del Coldeportes Zenú Claro / Prensa oficial

Una cascada de lágrimas vio bajar Miguel Ángel Rubiano por las mejillas de su madre, cuando él tenía diez años y se acaba de accidentar en la bicicleta, tras bajar por las calles del barrio La Estrella, de la localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá. Su rostro dio contra el suelo y quedó raspado, generando el llanto desconsolado de una mamá que le suplicaba al niño abandonara para siempre el objeto de dos ruedas. Ese que, unos años más tarde, lo colmó de gloria en las carreteras europeas.

Aunque después de recuperar el conocimiento a Rubiano se le rompió el alma al ver a su progenitora llorando, él dijo “no”; no se iba a retirar del ciclismo, y no iba a abandonar el proceso que había empezado a los ochos años de edad en una escuela de este deporte a la que asistía. Continuó. Lo hizo porque esas caídas, esos momentos difíciles que cada ser humano experimenta, son los que “le dan a uno más fuerzas para seguir adelante”. (Lea también la historia de Juan Pablo Villegas, entre la honra y el café)

Como Lucho Herrera, Fabio Parra, Patrocino Jiménez y otros genios colombianos de la bicicleta, Rubiano se puso el uniforme del equipo Café de Colombia. Cuando tenía tres años, su papá se lo compró. También una bicicleta. “No alcanzaba los pedales”, dice el corredor bogotano, que el 4 de octubre, tres días después de finalizar la edición 57 del Clásico RCN, cumplirá 33 años. Lleva al menos 30 pedaleando.

Hasta el año 2005, cuando cumplió 21 años, Miguel Ángel vivió en Ciudad Bolívar. Dio el salto a Europa sin correr las grandes del ciclismo nacional: la Vuelta a Colombia y el Clásico RCN. No obstante, en el viejo continente haría historia luego de pedalear en las carreteras colombianas. Su éxito más importante, la victoria en la sexta etapa del Giro de Italia 2012. Se metió en la lista de los “escarabajos” que han levantados los brazos triunfantes en la meta de una de las grandes.

En sus victorias siguió sintiéndose orgulloso de sus orígenes. “En Ciudad Bolívar viví siempre. Es una zona que quiero. Dicen que es peligrosa, pero yo creo que haya hay gente con grandes valores, que hace un gran trabajo por superarse. Muchas personas de allí sea han hecho profesionales en diferentes actividades”, expone con sabiduría el pedalista del Coldeportes Zenú Claro, quien en la primera etapa del Clásico RCN se hizo a la camiseta de la excelencia.

Campeón nacional de ruta en 2014, Rubiano, el hombre que anhela estar entre los tres mejores de la competencia, revela sus objetivos para el evento que finalizará el 1 de octubre en Valle del Cauca. “Estamos bien para este Clásico RCN.  Tenemos un gran equipo, creo que etapa tras etapa se irán diciendo las cosas. Estoy bien, en una gran condición. Venimos bien de la Vuelta a Colombia y espero estar en el podio del Clásico RCN”, afirma.

Miguel Ángel Rubiano es un ciclista rápido. Capaz de ganar en llegadas con muchos corredores y fuerte en la escalada, fue sexto en la última Vuelta a Colombia. Siempre está ahí, protagonista en los pelotones colombianos. Siempre pensando en sus dos hermanas, su esposa y sus cuatro hijas. Ellas lo apoyan en su carrera de la vida, en la que su amor, además de la familia y el ciclismo, es el campo.

Cuando termine el Clásico RCN, regresará a Funza, Cundinamarca, para abrazar a sus gemelas de un año, la mayor de cinco y la de cuatro. No cesará de soñar con triunfos ciclísticos y, seguramente, irá a La Uvita, Boyacá, donde está su familia materna. “El contacto con la naturaleza siempre es importante para crecer como personas”, por eso no le pone cuidado a que este municipio se encuentre lejos de casa: le “fascina el campo” y ha recorrido distancias ampliamente superiores, con los dedos aferrados al manillar.

@SebasArenas10 - sarenas@elespectador.com

Por Sebastián Arenas - @SebasArenas10 / Enviado especial Pereira

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