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En su afán por hacer una carrera más emocionante, los organizadores del Tour de Francia implementaron este año una etapa de apenas 65 kilómetros, con tres puertos de montaña, dos de primera categoría y uno especial, en la línea de meta.
Se disputará este miércoles y será la gran oportunidad para que los rivales del poderoso equipo Sky quemen sus últimos cartuchos e intenten inquietar al líder Geraint Thomas y su escolta, Chris Froome.
Ahora o nunca es la consigna del Movistar, con el español Mikel Landa y el colombiano Nairo Quintana a la cabeza, así como para el francés Romain Bardet, el esloveno Primoz Roglic y el holandés Steven Kruijswijk, quienes aspiran a desplazar del podio a los hombres del Sky y a Tom Dumoulin, por ahora tercero.
Ellos tres estarán a la defensiva porque, además de contar con ventaja en la clasificación general, son especialistas en la contrarreloj y el sábado tendrán la posibilidad de asegurar su sitio privilegiado en la clausura en París.
“Una cosa de locos”
La jornada inédita partirá desde Bagneres-de-Luchon. Y los primeros 15 kilómetros serán subiendo hasta la estación de Peyragudes. A continuación habrá un complicado descenso y de inmediato otro ascenso de primera categoría a Azet-Val Louron, con un promedio de inclinación del 8,3 %.
Sin un metro de llano al final de la bajada, arranca la parte más dura, el puerto del Portet, una cima catalogada fuera de categoría. “Este puerto es, sin duda, el que se hace más duro en Francia junto al Mont Ventoux”, explica Thierry Gouvenou, director de la carrera. Los 16 kilómetros al 8,7 % de inclinación son propicios para hacer ataques contundentes y marcar grandes diferencias.
“Para los espectadores será un espectáculo tremendo, una cosa de locos. Una jornada corta, pero con mucho picante, aunque eso depende de los ciclistas”, aseguró Gouvenou.
Nairo, “como un león”
Consciente de que será la gran oportunidad para descontarles tiempo a sus rivales y acercarse al podio, el colombiano Nairo Quintana admitió ayer que llegó el momento de atacar.
“Toda la esperanza está en esta etapa. Esperamos un día grandioso. Voy a salir como un león y vamos a hacer todo lo que debemos hacer. Vamos a estar bastante activos, será una jornada que no tendrá descanso”, vaticinó el boyacense de 28 años, por ahora octavo en la general.
La del jueves será una etapa plana y el viernes regresará la montaña, con seis puertos, pero solamente dos de primera categoría, aunque el final no es en subida. El sábado se disputará la crono de 31 kilómetros y el domingo el paseo de la victoria, por lo que prácticamente hoy se podría definir el podio de la Grande Bouclé. La carretera lo dirá.