Nairo Quintana, a los ojos de sus entrenadores

Rusbel Achagua, Luis Fernando Saldarriaga y Eusebio Unzué destacan la fortaleza mental del ciclista colombiano, que afrontará esta última semana de la ronda francesa con la idea de remontar y por lo menos meterse en el podio.

Luís Guillermo Montenegro
24 de julio de 2018 - 04:00 a. m.
Nairo Quintana intentó atacar en una de las etapas alpinas del Tour de Francia 2018. / Efe
Nairo Quintana intentó atacar en una de las etapas alpinas del Tour de Francia 2018. / Efe
Foto: EFE - SEBASTIEN NOGIER

El Tour 2018 no ha sido como Nairo lo soñó. En los planes propios y de su equipo la idea era estar en este momento de la carrera (a falta de seis jornadas para el final) en una situación mucho más cómoda, en las primeras posiciones y con serias opciones de luchar por el título. Pero el ciclismo es un deporte tan complicado que no hay planificación que valga. Es el cuerpo el que decide cuándo va bien y cuándo no. Y aunque Nairo hizo una preparación diferente en esta temporada, para llegar en teoría más fuerte que nunca a la competencia, sus piernas no le han respondido y su explosividad en la montaña parece haber quedado en el olvido.

Antes del inicio de esta última semana de Tour de Francia, El Espectador habló con los entrenadores que han marcado su carrera como ciclista. Rusbel Achagua, quien lo guió por este camino y le dio los primeros conceptos ciclísticos en Boyacá; Luis Fernando Saldarriaga, uno de sus formadores y quien lo llevó a sus primeras carreras en Europa, y Eusebio Unzué, el director del Movistar Team.

“Nairo es un hombre que nunca se rinde. Por más que esté pasando por un panorama oscuro, de esos en los que ni uno mismo cree en que las cosas puedan salir bien, él saca fuerzas de donde no las tiene y con su carácter y valentía sale triunfante”, dice con seguridad Achagua, quien recuerda los primeros años de Nairo sobre la bicicleta en Arcabuco, cuando no tenía equipo pero corría con ganas, con la única idea de cruzar la meta. No había estrategias, tampoco excusas.

En 2005, en una de sus primeras carreras con el Club Deportivo Boyacá, entre Moniquirá y Tunja, Nairo se batió con rivales que tenían gregarios, equipos conformados que llevaban tiempo corriendo y sabían cómo afrontar las competencias. En una bicicleta en peores condiciones que las de sus rivales, se defendió. El nariñense Darwin Pantoja era el hombre a vencer. En la montaña, su terreno, se paró en los pedales y dejó a todos regados, incluido a Pantoja. Pasó de primero la meta. Que lo vieran inferior lo motivó para demostrar que era superior.

“En los últimos años, en el equipo Movistar le han trabajado sus debilidades, pero no se le han reforzado sus virtudes. Ya a Nairo no se le ve con la misma explosividad de antes en la montaña y creo que es porque se han cometido errores en su preparación”, dice Achagua, quien destaca que “la presión también le puede jugar una mala pasada. Es un colombiano líder en un equipo de españoles; eso no es fácil ni para él ni para sus compañeros de equipo. Eso sí, creo que él va a luchar. Lo va a dar todo. No creo que le alcance para el título, pero sí para el podio. Él no se entrega nunca”.

Luis Fernando Saldarriaga dirigió a Nairo en el equipo Colombia es Pasión. Lo llevó por primera vez a disputar carreras a Europa y es uno de los hombres detrás del éxito de este boyacense de 28 años. Fue uno de los más sorprendidos por las capacidades de Quintana para ascender, para dejar a sus rivales cuando la carretera se empinaba. Además, los números en los tests lo convencieron de que tendría que apoyar a este pedalista. Una máxima captación de oxígeno con 78 mililitros de consumo por minuto, 350 vatios de pedaleo con una frecuencia cardíaca máxima de 195 y una capacidad de recuperación de tres minutos después de un esfuerzo máximo de 20.

En el Tour de L’Avenir de 2010 los corredores lo querían sacar del grupo, lo cerraban, le invadían el espacio y le decían que era un “negro enano”. En una de las etapas un francés provocó una caída masiva, en la que se vio involucrado el boyacense. Él se paró rápido, le dio la queja a Saldarriaga y siguió con rabia, con deseo de revancha. Se fue solo, pasó el lote, llegó al grupo de punta y les ganó “de berraquera”. Un ejemplo de la valentía de este ciclista que, a pesar de los resultados, sigue manteniendo esa esencia.

“Él lo va a intentar. No se va a entregar. Tendrá ese referente de que los demás tienen más fatiga que Nairo. Hay que contar con él porque no se va a quedar quieto. La tercera semana de un Tour es algo extremo y ahí se van a marcar diferencias por su calendario menos intenso que el de los demás. Será fundamental la recuperación psicológica. Lo veo motivado y creo que nos va a demostrar una vez más su valentía. No sé si le va a salir, pero por lo menos lo va a intentar. En la última semana del Giro se trastocó toda la carrera y quizás en el Tour puede pasar. Esto es ciclismo y hay que correr”, le dijo Saldarriaga a El Espectador.

Finalmente, Eusebio Unzué está desilusionado por este Tour para el equipo Movistar, teniendo en cuenta que las fichas estaban puestas no sólo en Nairo Quintana sino en Mikel Landa y Alejandro Valverde y ninguno de los tres ha estado a la altura. “Sabemos cómo están Thomas y Froome y esperábamos haber estado a su altura. A veces salen las cosas y otras no. Ya hemos visto a Nairo en estas situaciones y después verle mejorar. Vamos a tener mínimas esperanzas. Esperemos que algo no le salga bien a los Sky”, comentó.

En diálogo con este diario destacó de Nairo que “es un ciclista que nunca deja de crecer. Tenemos la ilusión de que aún no ha tocado su techo. Él es ahora mentalmente más fuerte y goza de una experiencia que tiene que comenzar a darle sus réditos”.

Por Luís Guillermo Montenegro

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