:format(jpeg)/www.elespectador.comhttp://thumbor-prod-us-east-1.photo.aws.arc.pub/n06HK5an82-3qRZs6wou8GwNY5M=/arc-anglerfish-arc2-prod-elespectador/public/OEQNO3CL5NB45AZTM2XTHFZDSI.jpg)
“No voy a cometer el error de pensar que el Tour está ganado. El trofeo se levanta en París, no antes”, afirmó ayer en el día de descanso el italiano Vincenzo Nibali, flamante líder del Tour de Francia, una competencia que este año ha estado muy accidentada y en parte por eso tiene una diferencia tan amplia sobre el español Alejandro Valverde, del equipo Movistar, quien está a cuatro minutos y 37 segundos.
Nibali ha aprendido la lección de la Vuelta a España del año pasado, cuando tras ocupar el liderato, durante la mayor parte de la competencia, se vio sorprendido en el fin de semana final por el veterano estadounidense Chris Horner, quien a la postre terminó ganando el título. El italiano asegura que todavía queda mucha batalla por delante para poder celebrar el Tour, empezando por los Pirineos, que serán protagonistas. “Todas las etapas de Pirineos son difíciles, incluida la del martes”, pese a que no tiene final en alto, pero “la más complicada es la del Hautacam”, dijo.
“El objetivo será controlar la carrera, conservar mi ventaja, que es consecuente. Tengo que estar atento, tener cuidado con las caídas y mantenerme cerca de mis compañeros de equipo”, aseguró un siempre sereno ‘Tiburón’, quien nunca se tentó por la euforia y mantuvo un discurso medido.
Un poco cansado de responder a la misma pregunta se mostró Nibali cuando le cuestionaron sobre el valor de su victoria en una carrera privada de los dos grandes favoritos, el británico Chris Froome y el español Alberto Contador. “No he robado nada a nadie, todos los mejores están aquí, los mejores del mundo”, aseguró. También recordó que su dominio de la carrera empezó desde la segunda etapa, cuando se impuso en Sheffield y se vistió por vez primera de amarillo. “Ese día comencé a sentir que podía controlar el Tour. Había habido diversos ataques, entre ellos uno de Froome y otro de Sagan. Luego me marché yo y nadie pudo seguirme. Gané la etapa y me vestí de amarillo. De esa acción obtuve mucha confianza”, afirmó.
Valverde no se rinde
Alejandro Valverde anunció ayer que irá con todo por la punta de la carrera. Jugará sus restos en las tres etapas pirenaicas, donde luchará también por conservar el podio. “Estoy en el lugar que pensaba estar. Es un Tour diferente por los abandonos de Froome y Contador. Nibali está fuerte, yo estoy bien y creo que puedo ir por más”, reconoció sin desmeritar el trabajo que ha hecho el líder italiano. “Es el más fuerte. Llevamos muchos días y ahora Pirineos en la tercera semana podría pasar un mal día, pero se le ve muy fuerte, es superior”.