Rafael Gutiérrez, digno heredero del downhill

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En algunas familias los hijos son obligados a seguir los pasos de sus padres, pero en la casa de los Gutiérrez Villegas continuar el legado siempre ha sido un placer. Rafael es el último vestigio de una herencia que ha vivido por y para las bicicletas. El manizaleño de 24 años comenzó su carrera deportiva en el BMX, pero al conocer el downhill, gracias a su hermano, Marcelo, sintió esa chispa que hay que tener para entregarse de lleno a algo. Un entusiasmo que lo llevó a convertirse por segunda vez en campeón panamericano de downhill el pasado domingo, en Villamaría (Caldas).

Rafael comenzó a participar en pruebas de descenso de montaña desde la categoría júnior. Lo difícil fue que no había suficientes competidores en su generación. Por eso decidió probarse de verdad y comenzó a medirse contra otros corredores de mayor edad. Los resultados no demoraron. Siendo júnior fue campeón panamericano en Chía, en 2011. Ese primer lugar le dio el empuje y la posibilidad de ir a Suiza a disputar el Campeonato Mundial Júnior ese mismo año, en el que quedó sexto. Una participación suficiente para saber que encima de los pedales estaba su futuro.

“Me siento muy identificado cuando recuerdo a Juan Pablo Montoya hablando de lo que era correr afuera del país. Él dijo que sentía que debía volver a aprender a manejar otra vez. A mí me pasó igual. Uno aquí aprende a montar de una forma, pero en el exterior es de otra manera”, apunta Rafael, quien el pasado fin de semana superó por más de dos segundos al estadounidense Mac Morgan y el brasileño Roger Novack.

Cuando comenzó a competir en otros países se dio cuenta de que la pista, la calidad técnica, la velocidad y el riesgo eran totalmente diferentes. “Todo tenía un grado mucho mayor de exigencia estando en Europa”. La principal queja de Rafael es que en Colombia existe la creencia de que hacer downhill es bajar una montaña montado en una bicicleta por un terreno destapado y lleno de barro. Y no es así. Sin embargo, él mismo cree que el gusto que existe en el país por la bicicleta puede servir para que más personas se acerquen a otras modalidades del ciclismo, como el mountain bike, y en especial el downhill.

“Los éxitos de otros pedalistas terminan ayudando a un deporte como el mío. Porque cuando Nairo (Quintana) o Rigoberto (Urán) ganan cosas y llegamos a Europa, el que usemos nosotros también bicicleta nos sirve porque hay empresas que ven la bandera de Colombia y se acercan. Créanme que es un beneficio muy grande”.

Ser bicampeón panamericano ha hecho de el un referente de este deporte, pero esa responsabilidad es hereditaria. Su hermano Marcelo pertenece al Giant, el equipo más importante de downhill en el mundo. El mayor de los Gutiérrez fue quinto en el Mundial de Andorra y ha sido cuatro veces podio en las válidas de la Copa del Mundo. Rafael, el menor, cuenta con un puesto 33 en el campeonato mundial y la posición 25 en su última participación, siendo ya élite en una copa del mundo.

Su padre, Hernando, también practicó downhill y llegó a ser dos veces subcampeón panamericano.

Con el triunfo del fin de semana en tierras caldenses, Rafael cerró su calendario de 2018. En 2019 lo esperan las siete válidas de la Copa del Mundo. “La verdad es que los recorridos no varían mucho. Las pistas siempre son entre Francia, Suiza y Austria”. Además, también hará presencia en los Juegos Nacionales, en los que espera confirmar un favoritismo que trae casi por herencia.