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El Tour abandonará el viernes los Pirineos y ascenderá hacia la región bordelesa, este viernes, con una etapa completamente llana en los 207 km que separan Mourenx de Libourne, por lo que se prevé una llegada al esprint.
“Es la típica etapa 100% para los velocistas”, anunció el director de la carrera Thierry Gouvenou.
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“Para los que buscan la victoria con una escapada, será la última oportunidad, pero será difícil resistir al pelotón viendo el perfil de la etapa”, añadió.
Poco después de la salida de Mourenx, cuyo nombre quedó asociado para siempre al de Eddy Merckx tras la hazaña del ciclista belga en 1969, la Côte de Bareille (4ª categoría, 1,9 km al 5,3% de desnivel medio) se presenta como el trampolín ideal para que se forme la escapada del día, pero aún quedarán más de 190 km para la meta, a través de los bosques de las Landas, un clásico recorrido del Tour de antaño.
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En la parte final, los ciclistas circularán por una carretera muy amplia en los 6,5 últimos kilómetros, prácticamente en línea recta hasta Libourne, que acoge el Tour por cuarta vez en la historia, aunque la última fue en 1992, una contrareloj por equipos ganada por el Panasonic holandés.