Miguel Ángel López y su director de equipo en el Astana, el expedalista Aleksandr Vinokúrov.
Foto: Prensa Astana
“Eso del ciclismo es mamar gallo”, decía años atrás Santiago, papá de un joven que se había inscrito a una competencia de cronoescalada que se realizaría el 25 de septiembre de 2011 entre Sogamoso y El Crucero y que sería de 16 kilómetros. El soñador en mención es Miguel Ángel López, quien registró 37 minutos y 45 segundos en una bicicleta de montaña con los pedales rotos, los rines disparejos y el marco oxidado.
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