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En uso de su buen retiro, el exciclista y entrenador español Vicente Belda disfrutó como nadie la brillante actuación de Nairo Quintana en el Tour de Francia.
Fue él quien lo descubrió, hace ya cinco años. De su mano, el pedalista boyacense llegó a Europa, así como lo habían hecho años atrás Santiago Botero y Félix El Gato Cárdenas.
Sin embargo, evita quedarse con los créditos y explica que Fernando Flórez, actual alcalde de Tunja y exdirector de Indeportes Boyacá, es el “verdadero culpable” de que Nairo Quintana sea hoy uno de los mejores pedalistas del mundo.
“A mediados de 2008 él inició un proyecto para potencializar el ciclismo en el departamento. Conformó un gran equipo y me llamó para que lo dirigiera. Les hicimos pruebas a 44 jóvenes y escogimos a los mejores. Entre ellos estaba Nairo”, explica Belda, quien vino por primera vez a Colombia en 1985.
¿Cuál es el primer contacto que tiene con Nairo?
En las pruebas de esfuerzo. Sus resultados fueron tan impresionantes que creí que habían salido mal. Los repetimos al día siguiente y fueron los mismos. Tiene unas condiciones casi sobrenaturales. Ahí ya lo referencié.
¿Qué lo hace diferente de los demás?
Es un ciclista humilde, pero con gran actitud. Tiene un poderío físico envidiable, un motor tremendo. Es un hombre de mente clara, despejada y con afán de triunfo. Es valiente, calculador y está madurando. No tengo duda de que va a seguir enriqueciendo su palmarés.
¿Cuándo se dio cuenta de que Nairo llegaría lejos?
En 2009, cuando lo llevamos a competir a España y Portugal, vimos que era una mina de oro, que iba a ser buen ciclista, pero lejos estábamos de imaginar que llegaría a ser segundo en el Tour.
¿Cuál fue la clave para que llegara tan lejos?
La formación. El proyecto de Boyacá Orgullo de América se cayó por problemas políticos en el departamento y la renuncia de Flórez. Después siguieron con el equipito, pero no con el proceso formativo. Entonces yo lo llevé a donde Luisa Fernanda Ríos y Luis Fernando Saldarriaga, al Colombia es Pasión. Con ellos terminó de formarse con recursos técnicos y científicos de primer nivel. Y siguió corriendo en Europa, que es la clave.
¿Por qué Quintana llegó al equipo Movistar?
En 2011 el equipo dejó de ser profesional, y como Nairo había ganado el Tour de L’Avenir tenía muchas ofertas, pero le aconsejé que se fuera al Movistar porque era latino y sabía la seriedad de los proyectos de Eusebio Unzué. Llegó y comenzó a dar resultados de inmediato.
¿Le sorprendió lo que hizo en el Tour?
Ganar la montaña, una etapa y el título de los jóvenes no, eso era lo que podía esperar de él cualquiera que lo conociera. El segundo lugar en la general sí me dejó con la boca abierta.
¿Podrá ganar esa carrera algún día?
Eso se responde fácilmente: ya fue segundo, claro que la puede ganar, no porque yo lo diga, sino porque lo demostró.
¿Debe ser ahora el líder del equipo Movistar?
Creo que en cierta medida ya lo era. Unzué trató de protegerlo y no darle el rótulo de líder, porque esa responsabilidad no es fácil. Si Nairo está al 100% debe ser el capo, pero dependerá también del tipo de carreras en las que participe y los objetivos que tenga el equipo.
¿Cómo ve el futuro del ciclismo colombiano?
Allá tienen un semillero muy grande, pero deben invertirle abajo, en las categorías de formación. En el equipo 4-72 Colombia lo están haciendo muy bien, a la altura de las mejores escuadras de Europa en esa categoría. Es un proyecto moderno en el que se fijan en cada detalle y ponen a competir a los muchachos durante todo el año.
¿Se nace siendo ciclista o se aprende?
Las dos cosas. A los pedalistas hay que mandarlos jóvenes a Europa para que aprendan a correr. A los 17 o los 20 años asimilan toda fácilmente, como los niños. Ya a uno viejo, o más maduro, le cuesta más.
Lordonez@elespectador.com
@Memordonez