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Después de una merecidísima jornada de descanso para los ciclistas, que han recorrido ya 2.656 kilómetros en la competencia, hoy se disputa la etapa 17 del Tour de Francia, posiblemente la más importante de todas, por su dureza y porque en ella veremos si el líder, Christopher Froome, está tan fuerte como parece y, sobre todo, si sus rivales tienen con qué atacarlo en los Alpes.
Serán 161 kilómetros de constante sube y baja, con dos premios de montaña de tercera categoría, dos de segunda, uno de ellos en la meta, y uno de primera.
Hasta ahora Froome y el Sky han manejado la carrera a su antojo y han sorteado sin problemas los pocos ataques de sus rivales más peligrosos: el colombiano Nairo Quintana, los españoles Alejandro Valverde y Alberto Contador, el estadounidense Tejay Van Garderen y el italiano Vincenzo Nibali.
Pero hoy lo intentarán nuevamente. Cada uno por su lado buscará reducir la ventaja que le lleva el ganador del Tour de 2013. Nairo es segundo, a 3 minutos y 10 segundos, y deberá reducir esa diferencia y además cuidar su segundo puesto. Puede que Froome no ceda tiempo, pero tendrá muy en claro que los ataques no cesarán hasta el domingo en París.
Si sus rivales no intentan sorprenderlo será porque simplemente las fuerzas están muy justas y no hay manera de desbancar al británico.
Nairo Quintana aseguró que espera “con ansia los ascensos de los Alpes” y que está “en mejor forma física y mental” que cuando ganó el Giro de Italia, el año pasado.
Será, pues, una jornada para alquilar balcón, digna de la carrera más importante del ciclismo, en la que un boyacense es figura y protagonista de primer orden, algo impensado hace años para el pedalismo nacional.
