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Cuidado

Hernán Peláez Restrepo
28 de marzo de 2021 - 02:00 a. m.

Mejor prevenir que lamentar. Esto, porque se notan varios detalles, preocupantes por lo demás, en nuestros árbitros y jugadores. Por citar a un juez central que venía mostrando personalidad y seguridad en sus decisiones, Andrés Rojas. Ahora exhibe inseguridad y fallos graves en los últimos partidos. Quizás apegarse o recostarse en las imágenes y consejos de quienes manejan el VAR, en lugar de ayudarlo, lo vienen perjudicando, y esta situación se extiende a los otros seis colegiados colombianos reconocidos por FIFA.

Se nota que casi todos se lavan las manos y dejan los reclamos a quienes alternan en la aplicación del VAR. Es cierto que cuando uno de ellos se dirige a la pantalla, próxima al campo de juego, no interviene para nada en la confección y colocación de las rayas para determinar un fuera de lugar o invalidar una acción de gol. El asunto de los pelotazos que pegan en las manos o brazos de un jugador sí los obligan a ejercer su potestad.

El VAR tendrá acceso a 33 cámaras, de las cuales ocho permiten la grabación superlenta y cuatro la ultralenta, eso dice la letra fría y menuda. Hasta entonces el VAR dispone de recursos para ayudar a un juez central. La duda, el problema y donde debe tenerse mucho cuidado, es en el montaje y la combinación de las imágenes bien claras para colaborar con decisiones acertadas. Creo que la palabra manipulación puede tener cabida en este ejercicio. Alguien dirá que las imágenes son inmodificables, cosa cierta, pero tomar el punto de referencia y trazar las líneas es del exclusivo resorte de quien o quienes están a cargo del VAR, ahí el cuidado es de mucha responsabilidad.

El futbolista brasileño Dani Alves terció en este asunto hace poco, cuando sugirió establecer un tiempo máximo en minutos para conocer la imagen que conduzca al árbitro a señalar la violación al reglamento. Es increíble que se demoren más de cuatro minutos para dictar un fallo, justo o no.

Finalmente ya son varios los casos de depresión, como lo reveló Edwin Cardona, cuando una ilusión se derrumba. Él quería ir al mundial y finalmente, al no ser llamado, creció la confusión, se relajó, llegó a subir siete kilos en su peso habitual. Otros menos glotones, como Álvaro Montero y Duván Vergara, animados en su momento a una eventual transferencia al exterior, se desanimaron y viven un bajonazo espiritual. Eso se aplica a aquellos estudiantes aspirantes a una beca universitaria, quienes al no obtenerla se deprimen. Jugadores y estudiantes, todos en general requerimos de una analista, psicólogo o como quiera llamarse para levantar el espíritu y recuperar la fe.

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Luis(59140)28 de marzo de 2021 - 08:30 p. m.
El dr. Pelaez, está más allá del bien o del mal...y el nuevo programa en una reinvención que deberían hacer todos, no seguir amarrado a modelos obsoletos
Jose(46118)28 de marzo de 2021 - 07:14 p. m.
Doctor Peláez acuérdese de el que fuera tan famoso y querido comentarista deportivo Edgar Perea. Se dejo calcetar el oído de los políticos. Terminó solo y olvidado. Y usted con la Junta del Mamerto Matìn de Francisco. Va siguiéndole los pasos al Negro Perea.
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