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Michael Phelps, Ryan Lochte, Mariana Pajón o Camille Muffat, entre otros nombres destacados de estos Juegos Olímpicos-2012, tienen en común cinco aros tatuados en su piel, símbolo de su pasión por una competición que marca la vida de muchos en ciclos de cuatro años.
Para muchos tatuarse los simbólicos cinco aros fue una decisión tras conseguir un gran resultado en los Juegos, mientras que otros se los grabaron como una meta, como un estímulo para disputar algún día el mayor evento plurideportivo del mundo.
Phelps, leyenda viva de la natación y que en Londres-2012 batió el récord de medallas olímpicas (22), los tiene tatuados en su pubis, a color, y en su nueva vida de retirado será más difícil verlos, pero cuando competía una parte del mismo se podía ver, mientras el resto del tatuaje era ocultado por el bañador.
Su amigo y gran rival de los últimos años, el también estadounidense Ryan Lochte, cinco veces medallista en Londres-2012 (dos oros, 400 m estilos y relevos 4x200 m libres), tiene los aros tatuados en la parte interior del bíceps derecho, aunque su tatuaje más llamativo es un cocodrilo en un omoplato.
Otra campeona olímpica en la piscina de estos Juegos, la francesa Camille Muffat, reina de los 400 metros, es más discreta y, a un tamaño más reducido, tiene los aros en uno de sus tobillos.
El 'Mísil' australiano James Magnussen no nadó tan rápido esta vez y se quedó con una plata en los 100 metros y un bronce en el 4x100 metros estilos. En su espalda, eso sí, el Olimpismo gana el oro con los cinco aros bien visibles.
Todavía no se ha sometido al incómodo proceso de grabar el dibujo por debajo de la epidermis, pero ya lo ha decidido: la 'niña prodigio' de la natación, la estadounidense Missy Franklin, que consiguió cuatro oros y un bronce en Londres-2012, quiere regalarse un tatuaje tras su éxito.
"Se los he visto a otros atletas y me gustaron. He usado eso como motivación porque es el único tatuaje que me voy a hacer", apuntó la nadadora californiana de 17 años, que explicó que ha elegido como zona la cadera derecha.
Pero aunque en nadadores y clavadistas los tatuajes son más evidentes por los centímetros cuadrados de piel que dejan a la vista de todos, no sólo en la piscina han decidido grabarse los cinco aros.
Como si fuera una premonición, la colombiana Mariana Pajón, campeona olímpica de BMX desde este viernes, ya decidió plasmarlos en su cuerpo incluso meses antes de participar en unos Juegos por primera vez, algo que ha conseguido en Londres. En su caso, en la parte interna de su muñeca derecha.
"Ese tatuaje es fruto de un acuerdo al que llegué conmigo misma", explicó, subrayando que le sirve de inspiración para no desviarse del objetivo de triunfar en los Juegos Olímpicos.
Menos suerte dio el tatuaje al puertorriqueño Javier Culson, que lo tiene en su brazo, a tamaño considerable, justo debajo de una bandera de su isla. Fue bronce en los 400 metros vallas, cuando parecía el favorito al oro.
Hasta en deportes menos dados a las estridencias, como el tiro con arco, hay quien decora el cuerpo con los omnipresentes cinco aros enlazados. Es el caso de Brady Ellison, plata en Londres con el equipo estadounidense, que tiene tatuado el antebrazo con el símbolo del Olimpismo.
La gimnasta venezolana Jessica López ha sido otra de las deportistas olímpicas de estos Juegos cuyos aros olímpicos tatuados, en su caso en la espalda, han atraído a los fotógrafos, igual que los que tiene la boxeadora estadounidense Queen Underwood en su bíceps derecho.
Todos tienen un recuerdo permanente de un momento imborrable de su carrera.