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Los azules sumaron su segundo punto, pues habían igualado por el mismo marcador con Santa Fe en el estreno.
La hinchada embajadora, sin embargo, vio la situación de otra manera y reaccionó en contra del estratega venezolano, al que gritó e insultó al final del compromiso.
La verdad es que Páez todavía no encuentra el equipo ideal. Está claro que carece de un volante mixto, pues los que tiene atacan o defienden, pero no cumplen con claridad la doble función.
En los 180 minutos que ha jugado el equipo también se ha evidenciado la dependencia que tiene de Máyer Candelo para generar opciones en el arco rival y la incapacidad de Hárrison Otálvaro y Ómar Vásquez para ser los armadores de juego. Funcionan como complemento para el 10 vallecaucano, pero no brillan cuando tienen que asumir la responsabilidad de liderar a sus compañeros.
Los refuerzos todavía no convencen. Adelante, Orlando Berrío no funciona y Matías Urbano, que sabe jugar de espaldas al arco y se asocia bien con los volantes, no está definiendo bien.
El defensa central uruguayo Ignacio Ithurralde se muestra simple pero efectivo, sin complicarse, aunque se dejó anticipar por Milton Rodríguez en la acción del empate huilense.
Millonarios, que sigue siendo muy irregular, no aprovechó las opciones que generó en al primera mitad, cuando pudo haber liquidado el compromiso. Después, cuando le igualaron, no tuvo argumentos para desequilibrar y apostó solamente por el pelotazo.
Huila, en cambio, fue disciplinado y ordenado. Incluso por momentos demostró que tiene con qué hacerles mucho daño a sus rivales en este torneo y llegó a cuatro unidades, mientras los azules comienzan a ceder terreno porque sumar de a puntico no sirve. Es más rentable, por ejemplo, ganar dos partidos y perder tres, para sumar seis puntos, que empatar cinco en línea, así se mantenga un invicto.
En la próxima fecha, los azules visitarán a Equidad, mientras Huila recibirá al Tolima.