Drogba no se apaga

Didier Drogba anunció el martes que dejaba el Chelsea, el club con el que ha jugado los ocho últimos años de su carrera. Lo hace luego de ganar la Liga de Campeones, el único trofeo que escapaba a las ambiciones del marfileño, suerte de catarsis para ponerle punto final a un periplo lleno de títulos (11, incluyendo tres Premier League y cuatro FA Cup) y de goles (157 y dos distinciones como máximo goleador de la liga inglesa, en 2007 y 2010). El destino parece ser la Superliga china, en el Shanghai Shenhua. El dueño del equipo, Zhu Jun, en declaraciones al Oriental Sports Daily, lo confirmó: “Las negociaciones con Drogba siguen como lo planeamos”. Él, por su parte, se despidió con altura: “Dejo el Chelsea. Ha sido una decisión difícil y estoy muy orgulloso de haber contribuido a ganar todos esos trofeos, pero es el momento de afrontar un nuevo desafío”.

En ese contexto, bañado como está de la gloria, Drogba recibió otra ovación. Fue en Swidon, al oeste de Inglaterra, al hacer el relevo de la antorcha olímpica, que completó su quinto día en el Reino Unido. Y aunque estaba lejos de Londres, el atacante africano recibió el ánimo de muchas personas, casi todas con la camiseta azul.

En poco menos de dos semanas, Drogba, que iba vestido todo de blanco, ha tenido en sus brazos los trofeos de la FA Cup, la Liga de Campeones y la antorcha olímpica. Días de ensueño.

“Llevar la antorcha es... no sé si hay palabras para describirlo”, admitió el africano, en declaraciones al periódico inglés The Guardian. “Mi única decepción es que no puedo actuar en los Juegos Olímpicos”. Esa y las finales perdidas de la Copa Africana de Naciones, la única otra decepción en una carrera llena de éxitos.

Drogba reafirmó que la victoria frente al Bayern, en Múnich, fue una señal para retirarse del equipo inglés, casi un punto final. “Ganar ese partido fue el punto de giro, esa es la razón por la que he decidido decir adiós”, apuntó. “Hicimos historia juntos y quiero que la gente recuerde eso. Este es el mejor momento para salir”.

Cuando se le preguntó si la decisión habría cambiado con un resultado distinto, el goleador respondió: “Sí, tal vez hubo una posibilidad de que con un resultado diferente, yo estaría aquí. Lo hablamos durante muchas semanas, pero la decisión estuvo basada en el hecho de que gané todo lo que pude y anoté en la mayoría de las finales que jugamos, intentando hacer la diferencia”.

Vaya que la hizo. Incluso llevando la antorcha olímpica.

Didier Drogba anunció el martes que dejaba el Chelsea, el club con el que ha jugado los ocho últimos años de su carrera. Lo hace luego de ganar la Liga de Campeones, el único trofeo que escapaba a las ambiciones del marfileño, suerte de catarsis para ponerle punto final a un periplo lleno de títulos (11, incluyendo tres Premier League y cuatro FA Cup) y de goles (157 y dos distinciones como máximo goleador de la liga inglesa, en 2007 y 2010). El destino parece ser la Superliga china, en el Shanghai Shenhua. El dueño del equipo, Zhu Jun, en declaraciones al Oriental Sports Daily, lo confirmó: “Las negociaciones con Drogba siguen como lo planeamos”. Él, por su parte, se despidió con altura: “Dejo el Chelsea. Ha sido una decisión difícil y estoy muy orgulloso de haber contribuido a ganar todos esos trofeos, pero es el momento de afrontar un nuevo desafío”.

En ese contexto, bañado como está de la gloria, Drogba recibió otra ovación. Fue en Swidon, al oeste de Inglaterra, al hacer el relevo de la antorcha olímpica, que completó su quinto día en el Reino Unido. Y aunque estaba lejos de Londres, el atacante africano recibió el ánimo de muchas personas, casi todas con la camiseta azul.

En poco menos de dos semanas, Drogba, que iba vestido todo de blanco, ha tenido en sus brazos los trofeos de la FA Cup, la Liga de Campeones y la antorcha olímpica. Días de ensueño.

“Llevar la antorcha es... no sé si hay palabras para describirlo”, admitió el africano, en declaraciones al periódico inglés The Guardian. “Mi única decepción es que no puedo actuar en los Juegos Olímpicos”. Esa y las finales perdidas de la Copa Africana de Naciones, la única otra decepción en una carrera llena de éxitos.

Drogba reafirmó que la victoria frente al Bayern, en Múnich, fue una señal para retirarse del equipo inglés, casi un punto final. “Ganar ese partido fue el punto de giro, esa es la razón por la que he decidido decir adiós”, apuntó. “Hicimos historia juntos y quiero que la gente recuerde eso. Este es el mejor momento para salir”.

Cuando se le preguntó si la decisión habría cambiado con un resultado distinto, el goleador respondió: “Sí, tal vez hubo una posibilidad de que con un resultado diferente, yo estaría aquí. Lo hablamos durante muchas semanas, pero la decisión estuvo basada en el hecho de que gané todo lo que pude y anoté en la mayoría de las finales que jugamos, intentando hacer la diferencia”.

Vaya que la hizo. Incluso llevando la antorcha olímpica.