La última vez que colombianos y ecuatorianos se cruzaron en un Juventud de América, el azar terminó decidiendo. Luego de que igualaran en puntos (seis), como también en goles a favor (cuatro) y en contra (tres), la balota en el sorteo terminó permitiéndoles a los nuestros avanzar a segunda fase hace dos años en Venezuela, mientras que los del vecino país tuvieron que regresar a casa.
Y anoche en Tacna, si los penales son lotería como dicen algunos, la suerte otra vez entró a jugar, porque los dos tantos en el uno a uno final se originaron desde el punto blanco, para una igualdad que en cierta forma reflejó lo nivelado por lo bajo que estuvo el encuentro disputado en el Jorge Basadre.
Las dos selecciones quedaron en deuda en su estreno y así como Ecuador se llevaba demasiado premio con la ventaja, Colombia mereció el empate pero no más, ante las pocas ideas del medio hacia adelante, lo que se tradujo en una notable improductividad ofensiva.
A pesar de que los de Lara tuvieran más la pelota, no le dieron buen uso y fue así como un error en salida del capitán Juan David Cabezas, al minuto 28 de la inicial, le permitió a Edson Montaño quedar mano a mano con el arquero Andrés Mosquera, quien producto de los nervios lo derribó para que Juan Cazares cambiara por gol la pena máxima.
A partir de ese momento Colombia se volcó sobre el arco rival, pero con más ganas que fútbol y tras estrellarse una y otra vez contra el fondo ecuatoriano, Lara optó en el complemento por el ingreso de Miguel Julio en la primera línea para tener mejor control de balón y luego sacrificó al hombre de área, Jorge Luis Ramos, para buscar en el desequilibrio de Andrés Escobar una opción de acercarse al empate.
Y fue ‘Manga’, como se le conoce al delantero del Cali, quien pudo a pura gambeta evitar al menos la derrota, ya que luego de desbordar una y otra vez por el sector izquierdo, terminó cayendo en el área rival por falta de Renato Ibarra que el central peruano Víctor Ibarra no dudó en sancionar.
Edwin Cardona se paró frente al balón y engañó en el cobro al arquero John Jaramillo para el uno a uno a 20 minutos del final, el cual le dedicó a su hija y también a Cristian Bonilla, el cancerbero manizaleño que a un día del viaje hacia Perú se perdió el Suramericano por lesión.
Había tiempo, físico y ganas para buscar el segundo, pero faltó lo más importante: cabeza fría, ya que por más que Michael Ortega pidiera el esférico, Fabián Castillo intentara a través de la velocidad o Santiago Arias se proyectara por derecha, cada quien quiso resolver a su manera.
A través de la individual se logró el empate y hasta se pudo alcanzar el triunfo, pero colectivamente Colombia no hizo los suficientes méritos para cambiar el destino de un encuentro que nadie dentro del plantel tricolor tenía en los planes igualar.
Ya lamentarse no servirá de nada y desde hoy Lara piensa en Brasil, rival del jueves en Arequipa y favorito en la llave por contar con Neymar, la nueva joya del fútbol auriverde. Tarea nada fácil, pero de obligatorio cumplimiento para seguir en carrera hacia la segunda ronda.