El deporte, motor de unión en tiempos de polarización

En un mundo en el que la tecnología se convirtió en nuestra compañera constante, en el que las noticias se viralizan al instante, ese instrumento de aprendizaje e investigación se ha transformado en ventana de señalamiento por excelencia, en plataforma de críticas y desunión, cuando su naturaleza y fines son muy distintos.

Y el deporte no ha sido ajeno a ello. Lo constato a diario. Muy temprano, mientras inicio mi rutina sobre la bicicleta, leo con preocupación cómo en las redes sociales se juzga con premura. Son evidentes los conflictos dañinos por circunstancias irrisorias. Es más el desgaste de quienes rivalizan que el fondo del asunto.

Solo cuando un triunfo de algún deportista es tendencia, el país deja a un lado las diferencias. Lo hemos comprobado en los últimos días con el título de Juan Sebastián Cabal y Robert Farah en Wimbledon y con la histórica presentación de Egan Bernal en el Tour de Francia. No leí un solo comentario en contra de estas gestas que, enmarcadas en la palabra “deporte”, le sumaron grandeza a la imagen de Colombia en el mundo.

Porque si de algo nos enorgullecemos a diario es de nuestra raza, de la reputación que hoy gozamos gracias a los embajadores de lujo que van conquistando sueños por el planeta: los deportistas. Colombia, tierra de atletas, además de ser nuestro ADN, es un sello que se sigue consolidando como una marca país. Es una impronta que deja huella a diario.

No en vano la creación del Ministerio del Deporte, uno de los logros más significativos del gobierno del presidente Iván Duque en su primer año de administración. Un anhelo hecho realidad o, como lo hemos denominado en el sector, la medalla de oro institucional. Un merecimiento de toda una nación.

El nacimiento de esta cartera es la fiel evidencia de que el deporte es motor de unión en tiempos de polarización, porque logramos materializar un gran proyecto gracias al trabajo en equipo con el Congreso de la República y el apoyo irrestricto de la razón de ser del Ministerio: los deportistas. Es otro gran aporte a la legalidad, el emprendimiento y la equidad.

Por supuesto, la transformación de Coldeportes a Ministerio del Deporte supone un compromiso mayor. Prometimos y cumpliremos con cero burocracia, mayores recursos para inversión y no para funcionamiento, más impulso a la economía naranja, incremento en el fomento y desarrollo, y posicionamiento y liderazgo deportivo. Lanzaremos dos programas: “Embajadores Mindeporte” y “Talentos Mindeporte”, el primero servirá para apoyar las fundaciones de deportistas no solo con dinero, también en especie: medicina deportiva, psicología, metodólogos y ciencias aplicadas, entre otros. Y el segundo, que le apuntará a la detección de talentos para acompañarlos en su formación integral con base en lo que hemos denominado el RETO (Resiliencia, Empatía, Trabajo en equipo y Optimismo). Porque al igual que el compromiso, el deporte es de todos.

En un mundo en el que la tecnología se convirtió en nuestra compañera constante, en el que las noticias se viralizan al instante, ese instrumento de aprendizaje e investigación se ha transformado en ventana de señalamiento por excelencia, en plataforma de críticas y desunión, cuando su naturaleza y fines son muy distintos.

Y el deporte no ha sido ajeno a ello. Lo constato a diario. Muy temprano, mientras inicio mi rutina sobre la bicicleta, leo con preocupación cómo en las redes sociales se juzga con premura. Son evidentes los conflictos dañinos por circunstancias irrisorias. Es más el desgaste de quienes rivalizan que el fondo del asunto.

Solo cuando un triunfo de algún deportista es tendencia, el país deja a un lado las diferencias. Lo hemos comprobado en los últimos días con el título de Juan Sebastián Cabal y Robert Farah en Wimbledon y con la histórica presentación de Egan Bernal en el Tour de Francia. No leí un solo comentario en contra de estas gestas que, enmarcadas en la palabra “deporte”, le sumaron grandeza a la imagen de Colombia en el mundo.

Porque si de algo nos enorgullecemos a diario es de nuestra raza, de la reputación que hoy gozamos gracias a los embajadores de lujo que van conquistando sueños por el planeta: los deportistas. Colombia, tierra de atletas, además de ser nuestro ADN, es un sello que se sigue consolidando como una marca país. Es una impronta que deja huella a diario.

No en vano la creación del Ministerio del Deporte, uno de los logros más significativos del gobierno del presidente Iván Duque en su primer año de administración. Un anhelo hecho realidad o, como lo hemos denominado en el sector, la medalla de oro institucional. Un merecimiento de toda una nación.

El nacimiento de esta cartera es la fiel evidencia de que el deporte es motor de unión en tiempos de polarización, porque logramos materializar un gran proyecto gracias al trabajo en equipo con el Congreso de la República y el apoyo irrestricto de la razón de ser del Ministerio: los deportistas. Es otro gran aporte a la legalidad, el emprendimiento y la equidad.

Por supuesto, la transformación de Coldeportes a Ministerio del Deporte supone un compromiso mayor. Prometimos y cumpliremos con cero burocracia, mayores recursos para inversión y no para funcionamiento, más impulso a la economía naranja, incremento en el fomento y desarrollo, y posicionamiento y liderazgo deportivo. Lanzaremos dos programas: “Embajadores Mindeporte” y “Talentos Mindeporte”, el primero servirá para apoyar las fundaciones de deportistas no solo con dinero, también en especie: medicina deportiva, psicología, metodólogos y ciencias aplicadas, entre otros. Y el segundo, que le apuntará a la detección de talentos para acompañarlos en su formación integral con base en lo que hemos denominado el RETO (Resiliencia, Empatía, Trabajo en equipo y Optimismo). Porque al igual que el compromiso, el deporte es de todos.